Merino, me gustaría darte las gracias a ti más que a nadie porque si aprender ya es algo grande, cuando aprendes tanto sobre ti mismo, sobre el mundo y sus cosas es algo inmenso y poder debatirlo en clase ha sido un auténtico placer.
Debo darte las gracias porque tus clases me alegraban los días. Me has enseñado que es posible aprender mucho, muchísimo sin libros ni apuntes y que las cosas más importantes y más fuertes salen del interior de las personas.
Nos has abierto las puertas hacia tu sabiduría y creo que te hemos demostrado, poco a poco que no lo has hecho en vano.
Has tenido mucha paciencia con nosotros, siendo el más comprensivo y a la vez gracioso de todos.
Esas reflexiones con López, esas tonterías de Iván, nadie más que tú las habría aguantado.
La filosofía que tú nos has transmitido es muy valiosa, es algo que nos valdrá y nos hará falta toda la vida. Quizás no vuelva a hacer problemas de probabilidad en matemáticas o a buscar una altura en física, pero continuamente, en mi vida, estarán presentes esos conceptos sobre justicia, responsabilidad, inteligencia, etc. que tú nos has enseñado.
Haces un trabajo muy grande, todos esos vídeos que buscas para nosotros, cada una de las actividades y no debemos olvidar que de todas pudimos sacar un aprendizaje. ¡Un valor incalculable tienes Merino!
Nos has enseñado que es posible aprender divirtiéndose, que una clase no tiene por qué ser un monólogo de un profesor que suelta y suelta datos que los alumnos deben copiar, has sabido encontrar en cada uno de nosotros una semillita que ha ido creciendo poco a poco.
Quiero darte las gracias por la actividad del blog, porque realmente para mí ha sido muy productivo. Diría incluso que es lo que guardaré con más cariño de 1º de bachillerato. Aunque haya publicado de forma lenta y a veces los últimos días...
De nuevo, mil gracias por darnos clase, por ser más que nuestro entrenador, por ser un amigo y hasta un psicólogo que en ocasiones aguantaba nuestras penas.
Espero que no cambies tu método nunca por mucho que digan.
Te agradezco mucho tus palabras cada una de las veces que te ha tocado evaluarme, para mí tiene mucho valor todo lo que me dices.
Gracias por todo y más.
Sigo con la esperanza de que se te cruce algún cable y decidas darnos clase el curso que viene. Sin duda alguna, me harías la mujer más feliz del mundo.
Por cierto, comentarte que las recomendaciones que nos has dado para este verano me emocionan, en ellas veo que las hecho con todo el cariño para nosotros y me emociona porque sentimos lo mismo hacia ti, puedes preguntar a cualquiera. Siempre te escogeremos a ti.
Las pondré en práctica porque en todas y cada una de ellas hay una verdad muy grande y como siempre, una enseñanza para avanzar en nuestra vida.
La número 14 es mi favorita.
Termino con esta frase de la que me he enamorado:
GRACIAS Y GRACIAS POR TODO, MERINO.
Y sobre todo esto: Recuérdame, porque yo no olvidaré lo que has hecho por mí.
Gracias por guiarme y no dejar que me perdiese.