martes, 2 de junio de 2015

TERCERA EVALUACIÓN. PARTE FINAL DEL VIAJE.

Sigo sin creerme que hayamos llegado ya a la última parada del curso. Aun parece ayer cuando Merino nos dijo que nuestra actividad del curso incluía la creación de un blog. Como siempre, disculparme por tardar tanto en volver a escribir, pero últimamente mi único tiempo libre es el que necesito para dormir las mínimas horas obligatorias.

Me gustaría empezar hablando de la primera actividad que realizamos el primer día de este trimestre. Fue, concretamente, el 8 de abril.
Merino llegó a clase cargado de cajas llenas de todo tipo de pinturas: ceras, rotuladores, lápices de colores y ¡hasta témpera de dedos!
Nos repartió una hoja grande a cada uno y nos pidió que en ella dibujásemos un árbol, de la manera que quisiésemos y utilizando cualquier tipo de pintura.
Fue como volver a primaria. Pero sin darnos cuenta estábamos trabajando algo que hace mucho tiempo que teníamos parado: la creatividad, la expresión a través de nuestro dibujo.
Creo que eso era lo que Merino pretendía, que consiguiésemos expresarnos sin utilizar, en ese momento las palabras (aunque para lo siguiente sí que nos harían falta).
En mi caso, algo me decía que debía hacer el dibujo con témpera y así lo hice. La gracia estaba en que en tu árbol podías colocar lo que quisieras, no había normas ni reglas.
Mi árbol debía tener mucho verde y un tronco gordito, pero no tenía que faltarle el toque de color y de vida. ¿Que por qué? Pues no sé, porque era lo que me pedía mi interior, y al fin y al cabo, de eso trataba la actividad.

Después de dibujar Merino nos pidió que pusiésemos debajo "YO SOY" y hablásemos de las distintas características de nuestro árbol. 
El mío, al final, quedó así:



Por si no se entiende bien, pone:
"Yo soy robusto, un árbol con vida; tengo tantas hojas que no dejan ver las ramas; tengo un tronco fuerte y ancho. A mi lado crecen flores rosas. Soy alegre y grande".

Al terminar de escribir esto, no nos sobró mucho tiempo, pero Merino nos dijo que nos levantásemos y fuésemos paseando por la clase y cada vez que nos cruzásemos con uno de nuestros compañeros, debíamos parar y leer mutuamente lo que decía cada árbol.
Resultó divertido, sobre todo por los distintos dibujos y me llamó la atención ver las distintas características que mis compañeros quisieron resaltar.

Merino en su blog nos puso unas cuantas preguntas para guiarnos a la hora de comentar esta actividad. Y son las siguientes:

  • ¿Cómo te has sentido después de hacer el ejercicio?
Me he sentido liberada. Porque pintar ayuda a descargar mucha presión y estrés e ir paseando mostrando a los demás "tu trabajo" hace que te relajes también porque, a pesar de no ser un dibujo muy trabajado ni perfecto, nadie lo critica, todos saben apreciarlo y de alguna manera te sientes bien, porque ves que tú haces lo mismo con los dibujos de los demás y piensas lo bonito que es entender lo que transmiten todos esos árboles y eres consciente de las historias que pueden contar.

  • ¿Te has sentido identificada con alguna de las características del árbol que has dibujado?
Claro que sí, yo creo que sería difícil no hacerlo, porque cuando Merino nos pidió que dibujásemos un árbol lo hicimos sin pensar en nada o sin pensar en cómo sería más bonito, sólo dibujas. Y sin darte cuenta lo haces parecido a ti. Por eso la mayoría de las características que luego le pusimos nos reflejan. En mi caso, me he sentido más identificada con el hecho de "tener tantas hojas que no dejan ver las ramas" porque soy así. Puede parecer que me cuesta poco abrirme, pero la verdad es que tengo una coraza muy grande que no deja ver el interior, con lo cual, poca gente llega a conocerme bien (a pocas personas les dejo entrar a ver las ramas).

  • ¿Cómo te has sentido al escuchar a los demás diciéndote tus características?
Al principio no muy cómoda, con vergüenza, por pura inseguridad. Luego, ves que no es nada malo, que nadie te juzga y acabas sientiéndote mejor que al principio. También ves como la gente que menos te conoce se sorprende con ciertas características y eso yo creo que es bueno, porque hay cosas de ti, que está bien que sepas tú sola.


  • ¿Qué árbol o árboles has encontrado semejantes al tuyo? ¿Te has sentido más identificada con esas personas?
He encontrado algunos árboles parecidos al mío, en la forma de dibujarlo, sobre todo: el de Alba y el de Manu.
Sí, si me he sentido identificada. En especial con el de Alba que también dibujó flores y las características eran parecidas a las mías. No me sorprende, como ya se puede ver, Alba y yo somos muy parecidas.

  • ¿Te ha ayudado este ejercicio a conocerte mejor?
¿A conocerme mejor? No exactamente. Me ha ayudado a descubrir que inconscientemente podemos dibujar cosas muy relacionadas con lo que nosotros guardamos en nuestro interior.

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