Merino llegó como todos los días para alegrarnos la mañana (BENDITAS HORAS DE FILOSOFÍA) y nos dijo que nos colocásemos en círculo y nos repartió a cada uno una hoja titulada: ¿Qué expresa mejor quién eres?
No era complicada de cubrir, había varias frases con dos elementos cada una y sólo debíamos escoger cuál nos representaba mejor.
Aunque sí es cierto que hubo algunos que tuve que pensar más, como decidir entre si expresan mejor quién soy mis amigos o mis enemigos, o entre mis juegos o mi trabajo).
Después de cubrirla, Merino nos fue preguntando que habíamos puesto.
Empezamos por el primero:
¿Qué expresa mejor quién soy?:
- ¿Mi nombre o mi apellido?
Yo escogí mi nombre porque creo que es una esencia de mí. Es un nombre peculiar, de hecho yo no conozco a nadie más que lo lleve que no sean mi madre, mi abuela y yo. Tiene una historia en nuestra familia. Algo especial que creo que no sentiría si me llamase Laura o Claudia o de cualquier otra forma.
Además el nombre es más cercano, siempre aprecias más que te llamen por tu nombre y no por tu apellido. Hay algo que me dice que yo no sería yo si no me llamase Asun.
- ¿Mi familia o mis amigos?
Yo opino que expresan mejor quién soy mis amigos porque los amigos los eliges y siempre vas a elegirlos en función de como seas tú, siempre vas a tener un vínculo muy grande con esa gente que te entiende y entiende todos tus pasos, como me pasa con Alba.
Así, creo que la familia al no elegirla no expresa como somos. Claramente, han hecho, hacen y harán siempre un trabajo muy grande con todos nosotros, nos educan, nos ayudan. Pero a medida que creces te comportas como tú decides, escoges ser de una determinada manera, que puede ser parecida a la que tu familia te inculca o totalmente diferente.
Tú serás de una forma y escogerás a tus amigos siguiendo esa misma pauta.
También es cierto que hay gente en tu familia que para ti son como amigos y eso es lo más grande. Porque la unión por sangre es fuerte, pero por amistad de verdad es más fuerte aún.
Hay familia a la que no ves nunca. Ves mil veces más a tus amigos. Te conocen más tus amigos.
Yo creo que ves a una persona y ves a sus amigos y dices: ¡todo encaja!
Sin embargo ves a una persona y a su familia y puedes asociarla o no con esa persona.
- ¿Mi fuerza o mi inteligencia?
Yo creo que expresa mejor quién soy mi inteligencia. Fuerza tampoco es que tenga mucha, ni física ni de voluntad. Pero con palabras y fuertes argumentos sacados de tu inteligencia puedes derrotar hasta al más fuerte.
Mi inteligencia expresa más de mí porque la muestro más, me dejo ver más a través de ella, ya que considero que la fuerza tampoco es necesaria.
Como dice el dicho, más vale maña que fuerza.
- ¿Mi pasado o mi futuro?
En este caso no tengo ninguna duda. Me representa mejor mi pasado, puesto que yo soy como soy por las cosas que me han sucedido.
Yo soy así porque el conjunto de sucesos de mi vida me han llevado a adquirir esta personalidad.
Mi futuro, sin embargo, todavía no marca nada sobre mí. Yo no conozco mi futuro. No sé si será como espero que sea, ni sé si corresponderá con como soy hoy en día.
- ¿Mis actos o mis palabras?
Yo soy como mis actos dicen/muestran que soy.
Una persona te puede conocer más por como actúes y como te comportes que por tus palabras.
Las palabras se las lleva el viento. Los actos siempre quedan, aunque sea en el recuerdo.
Me veo reflejada en mi forma de actuar, en las decisiones que tomo.
- ¿Mis sueños o mis pensamientos?
Esta cuestión ya es más complicada de responder.
Sin embargo yo creo que me quedo con mis sueños. Es cierto que nadie conoce lo que sueñas, a no ser que lo cuentes. Pero si reflexionas, lo que sueñas está muy relacionado con como y quien eres tú.
Con esta actividad he descubierto que hay muchas cosas de mi día a día que cuentan mucho sobre mí, sobre quien soy. Cosas como mi nombre, mi ropa, mis ideas, dicen muchísimo de mí y creo que no somos conscientes de ello.
- ¿Mi boca o mis ojos?
Sin ninguna duda, mis ojos me representan más.
Una mirada no engaña y mucho menos a la gente que te conoce con más detalle.
Sin pensarlo dos veces digo que los ojos valen para reconocer a cualquier persona.
Pienso así porque creo que expresan mucho; los ojos no saben ocultar nada.
Como suelen decir: una mirada vale más que mil palabras.
Y los ojos son el reflejo del alma.
Aquí os dejo mi hoja con todas las opciones:
Aquí os dejo mi hoja con todas las opciones:
Así como me pasa a mí, supongo que le pasará a todo el mundo.
Si fuésemos más atentos seríamos capaces de conocer a las personas con cosas tan simples como esas, sin necesidad de palabras.
Ya que, a veces, como bien dijo Merino algún día, hablando se confunde la gente.
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