domingo, 21 de junio de 2015

INTELIGENCIA(S)

El día 20 de mayo empezamos a comentar lo que sería el tema con el que continuaríamos también en la clase del 27 de mayo: LA(S) INTELIGENCIA(S).

Merino nos repartió a cada uno una hoja como esta:
En la cual se nos explicaban los diferentes tipos de inteligencias.





Me ha resultado curioso que haya tantos tipos de inteligencias, pero lees la ficha y te das cuenta de que están en lo cierto al afirmarlo, puesto que hay varias maneras de demostrar inteligencia y muchos ámbitos en los que se pueden destacar, así que para cada ámbito hay una inteligencia diferente.

Existen, concretamente, ocho tipos de inteligencia distintos:

-Lingüística: que consiste en la habilidad de pensar en palabras y usar el lenguaje para expresar y entender significados complejos; destrezas en el uso de las palabras y en la lectura.

-Visual-espacial: consiste en la habilidad de pensar y percibir el mundo en imágenes. 

-Lógica-matemática: que utiliza el pensamiento lógico para entender conexiones, relaciones entre objetos e ideas; habilidad para resolver operaciones complejas, lógicas o matemáticas.

-Corporal-cinética: consiste en la habilidad para usar los movimientos del cuerpo como medio de autoexpresión. De aquí podemos sacar lo que dicen de que: "somos un cuerpo". Las personas que desarrollan mucho esta inteligencia, realmente lo son.

-Musical: consiste en la habilidad para pensar en términos de sonidos, ritmos y melodías; producción de tonos y reconocimiento y creación de sonidos. Una persona que tenga esta inteligencia muy desarrollada será capaz de expresar sentimientos y emociones a través de la música. (No puedo evitar pensar en la gran inteligencia musical que tiene que tener Pablo Alborán).

-Interpersonal: consiste en relacionarse y entender a otras personas. Sensibilidad y entendimiento con relación a los sentimientos, puntos de vista y estados emocionales de otras personas.

-Intrapersonal: consiste en la habilidad para entenderse a uno mismo; consiste en ser consciente de tus puntos fuertes y de tus debilidades para así poder alcanzar las metas que te propongas más fácilmente. Habilidad para controlar los sentimientos y emociones personales.

-Naturalista: consiste en el entendimiento del mundo natural incluyendo las plantas, los animales y la observación científica de la naturaleza. Buena interacción con criaturas vivientes y capacidad para entender sus comportamientos.




Después de leer un poco de cada una, Merino dijo que también podíamos añadir otra inteligencia más a la lista:

-La inteligencia ética que consistiría en saber vivir, en ser capaz de ser feliz.

Y cuando escuché esto dije: ¡esta tiene que ser la mía!
Ya que yo siempre digo que de mayor quiero ser feliz, creo que es el mayor logro que una persona puede conseguir. No puede haber mayor satisfacción que el hecho de poder decir que eres feliz.

Seguimos con inteligencias:
A continuación, Merino nos repartió a cada uno una especie de test en el que había varios apartados, uno por cada tipo de inteligencia, que debíamos rellenar para saber cuanta puntuación de cada inteligencia obteníamos.
El objetivo era sacar unos datos que nos mostrasen en que inteligencia estamos más especializados, es decir, cual tenemos más desarrollada.

A mí me salió un empate de 33 puntos en la inteligencia lingüística y en la interpersonal.  
No me sorprendió mucho porque sí es cierto que manejo bastante bien las palabras y que escribir no me resulta muy complicado, además soy capaz de inventar historias y jugar con la expresión no suele ser muy difícil para mí.
Y en lo relacionado a la inteligencia interpersonal, tampoco me sorprendió porque puedo escuchar a las personas y entender su situación y sus sentimientos. Tengo una gran, gran sensibilidad (que en ocasiones me la juega) en relación a los sentimientos y puedo mediar discusiones para intentar resolverlas. No me gusta ver discutir a la gente, sobre todo si son amigos míos.

La inteligencia en la que me salió menos puntuación fue en la lógico-matemática, cosa que no me sorprendió mucho porque me suele costar bastante resolver problemas matemáticas, es algo que tengo que repasar mucho. Pienso que no tengo un buen razonamiento deductivo e inductivo. Resolver problemas críticos tampoco es lo mío.

En el resto de inteligencias tengo 21 puntos en cada una, menos en la musical que tengo 19.

Al tener tan poca diferencia entre unas y otras deduzco que soy una persona que no tiene ninguna inteligencia desarrollada especialmente, y sí, es algo que me aterra bastante la verdad.


Yo creo que de esta actividad aprendimos que la inteligencia no es solo de un tipo y comprendimos que es importante valorar los distintos tipos porque todos tienen la misma calidad, aunque algunos sean más fáciles de apreciar a simple vista.


Las clases de los días 29 de mayo y 3 de junio las utilizamos para ver un vídeo que nos mostraba como romper patrones mentales.

Un señor nos iba poniendo diferentes "pruebas" que Merino iba parando una por una para que nosotros fuésemos resolviendo.
Me estresé bastante porque nunca resolvía ninguno a tiempo, creo que solo fui capaz de resolver uno, y era el más fácil.

El señor nos explicaba que debíamos romper nuestros patrones mentales, las pautas que tenemos en nuestra cabeza para poder resolver los problemas. 
Decía que el truco estaba en pensar de otra manera a la habitual, pensar en como nadie pensaría y así conseguiríamos encontrar la solución.

Creo que de estas clases aprendí que tengo una mente llena de patrones que a lo largo de los años me han ido metiendo en la cabeza y que es hora de intentar cambiarlo.

Y por último me gustaría hablar sobre la última clase en la que hablamos de inteligencias: la del día 10 de junio.

En ella, Merino nos puso tres vídeos y nos pidió que le comentásemos en una hoja que nos había repartido antes si para nosotros se trataban de comportamientos inteligentes o no.

PRIMER VÍDEO: En él aparecía un elefante que tenía un pincel en la trompa con el que estaba pintando un cuadro en el que aparecían dos elefantes muy bien dibujados y con un corazón entre ellos. Era increíble ver como el elefante, con un pulso envidiable, dicho sea de paso, daba cada pincelada de manera precisa y sabiendo en todo momento qué quería dibujar. Luego se nos mostró el dibujo terminado y que en el mismo lugar había, en el mismo, más elefantes haciendo lo mismo.

Ahora nos tocaba opinar sobre el vídeo: yo puse que sí que me parecía una conducta inteligente porque aunque el elefante esté obligado a hacer eso, considero que que lo haya aprendido requiere una inteligencia por su parte. 
En clase estuvimos debatiendo sobre esto, había quien decía que no le parecía algo inteligente porque se lo habían enseñado a la fuerza y siguiendo una pauta, es decir, que la idea no había salido de el propio elefante y por lo tanto no se podía tratar de un comportamiento inteligente.
En mi opinión esa forma de pensar no es acertada, porque nosotros, la mayoría de las cosas que aprendemos, lo hacemos porque alguien nos lo ha enseñado. Prácticamente todas las cosas las hemos aprendido de otras personas y siguen siendo muestras de inteligencia, porque llegar a entender lo que te explican y saber aplicarlo tiene una técnica y un trabajo que la mayoría de las veces no apreciamos.
¿Y qué pasa si haces mal lo que intentan enseñarte? Pues que no has aprendido, pero poco a poco lo irás haciendo. Las cosas requieren su tiempo.

SEGUNDO VÍDEO: En él aparecía "un pájaro pescando". ¡Sí, literalmente pescando! Éste dejaba comida en el agua y cuando los peces iban a cogerla aprovechaba para cazarlos. 

A la hora de opinar: yo puse que para mí si que se trata de un comportamiento inteligente porque el pájaro ha aprendido a utilizar sus capacidades para realizar una acción cuyo resultado sabe que le permitirá sobrevivir. 
En clase hubo quien dijo que más bien se trataba de instinto y no de inteligencia. Pero yo creo que el instinto es el que despierta la inteligencia. Porque si tú tienes una necesidad rápidamente tienes que buscar como cubrirla, y este pájaro no buscó una manera fácil, sino algo innovador y extraño en aves. Ha diseñado un plan y utiliza herramientas. Sin duda es inteligencia.

Así, debatiendo, hubo un momento que se dijo que para cubrir todas nuestras necesidades y poder sobrevivir usamos la inteligencia.
Y creo que Kike preguntó que si entonces, una huelga de hambre, en la que dejas de cubrir una necesidad básica, no era por lo tanto algo inteligente. Pero yo creo que sí porque haciéndola buscas conseguir otro objetivo. Ahora bien, yo no lo haría.

TERCER VÍDEO: Kara, el robot con sentimientos. En él se nos mostraba como iban uniendo las piezas de un robot para al final crear una mujer robot "perfecta" para luego venderlo, pero ésta tenía un "defecto": no quería ser vendida como mercancía, quería vivir libre. Al escuchar esto, empezaron a desmontarla y ella tenía miedo, es decir, ¡mostraba emociones! Hasta que empezó a llorar diciendo que quería vivir, entonces dejaron de desmontarla, volvieron a colocarle las piezas y la dejaron ir con las demás robots.

A pesar de tratarse de una máquina, Kara sí muestra inteligencia que se refleja en sus sentimientos. El miedo que pasa, las lágrimas que suelta son emociones. Las emociones son inteligencia. Ella tiene en su disco duro todos los conocimientos del mundo, sabe lo que es el miedo, la rabia y sabe lo que es llorar. Pero si no fuese inteligente no sabría mostrarlos y ella demostró que poseía esos sentimientos con lo que consiguió darle pena al de la cadena de montaje y así consiguió vivir.
En clase hablaban de que lo que tenía Kara era inteligencia artificial, pero yo creo que ese concepto sería la capacidad de conocer todos esos datos que se le introducen. Kara mostraba otro tipo de inteligencia. Una más... real.

Con esta actividad volvimos a ver que hay muchos tipos de inteligencia también en otros tipos de seres que no somos nosotros, los humanos. Si se pretende alcanzar un objetivo la inteligencia es algo esencial. La inteligencia está en muchas cosas que hacemos o hacen otros seres y con frecuencia no sabemos verlo o apreciarlo como es debido.
Quizás debemos cambiar el chip y darnos cuenta de que los criterios que tenemos para decir si un comportamiento es inteligente o no, han dejado de servirnos.




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