domingo, 21 de junio de 2015

Final del viaje



Merino, me gustaría darte las gracias a ti más que a nadie porque si aprender ya es algo grande, cuando aprendes tanto sobre ti mismo, sobre el mundo y sus cosas es algo inmenso y poder debatirlo en clase ha sido un auténtico placer.
Debo darte las gracias porque tus clases me alegraban los días. Me has enseñado que es posible aprender mucho, muchísimo sin libros ni apuntes y que las cosas más importantes y más fuertes salen del interior de las personas.

Nos has abierto las puertas hacia tu sabiduría y creo que te hemos demostrado, poco a poco que no lo has hecho en vano. 
Has tenido mucha paciencia con nosotros, siendo el más comprensivo y a la vez gracioso de todos.
Esas reflexiones con López, esas tonterías de Iván, nadie más que tú las habría aguantado.
La filosofía que tú nos has transmitido es muy valiosa, es algo que nos valdrá y nos hará falta toda la vida. Quizás no vuelva a hacer problemas de probabilidad en matemáticas o a buscar una altura en física, pero continuamente, en mi vida, estarán presentes esos conceptos sobre justicia, responsabilidad, inteligencia, etc. que tú nos has enseñado.

Haces un trabajo muy grande, todos esos vídeos que buscas para nosotros, cada una de las actividades y no debemos olvidar que de todas pudimos sacar un aprendizaje. ¡Un valor incalculable tienes Merino!

Nos has enseñado que es posible aprender divirtiéndose, que una clase no tiene por qué ser un monólogo de un profesor que suelta y suelta datos que los alumnos deben copiar, has sabido encontrar en cada uno de nosotros una semillita que ha ido creciendo poco a poco.

Quiero darte las gracias por la actividad del blog, porque realmente para mí ha sido muy productivo. Diría incluso que es lo que guardaré con más cariño de 1º de bachillerato. Aunque haya publicado de forma lenta y a veces los últimos días...

De nuevo, mil gracias por darnos clase, por ser más que nuestro entrenador, por ser un amigo y hasta un psicólogo que en ocasiones aguantaba nuestras penas.

Espero que no cambies tu método nunca por mucho que digan. 
Te agradezco mucho tus palabras cada una de las veces que te ha tocado evaluarme, para mí tiene mucho valor todo lo que me dices.

Gracias por todo y más.
Sigo con la esperanza de que se te cruce algún cable y decidas darnos clase el curso que viene. Sin duda alguna, me harías la mujer más feliz del mundo.

Por cierto, comentarte que las recomendaciones que nos has dado para este verano me emocionan, en ellas veo que las hecho con todo el cariño para nosotros y me emociona porque sentimos lo mismo hacia ti, puedes preguntar a cualquiera. Siempre te escogeremos a ti.

Las pondré en práctica porque en todas y cada una de ellas hay una verdad muy grande y como siempre, una enseñanza para avanzar en nuestra vida. 
La número 14 es mi favorita.

Termino con esta frase de la que me he enamorado:


GRACIAS Y GRACIAS POR TODO, MERINO. 

Y sobre todo esto: Recuérdame, porque yo no olvidaré lo que has hecho por mí. 

Gracias por guiarme y no dejar que me perdiese.

INTELIGENCIA(S)

El día 20 de mayo empezamos a comentar lo que sería el tema con el que continuaríamos también en la clase del 27 de mayo: LA(S) INTELIGENCIA(S).

Merino nos repartió a cada uno una hoja como esta:
En la cual se nos explicaban los diferentes tipos de inteligencias.





Me ha resultado curioso que haya tantos tipos de inteligencias, pero lees la ficha y te das cuenta de que están en lo cierto al afirmarlo, puesto que hay varias maneras de demostrar inteligencia y muchos ámbitos en los que se pueden destacar, así que para cada ámbito hay una inteligencia diferente.

Existen, concretamente, ocho tipos de inteligencia distintos:

-Lingüística: que consiste en la habilidad de pensar en palabras y usar el lenguaje para expresar y entender significados complejos; destrezas en el uso de las palabras y en la lectura.

-Visual-espacial: consiste en la habilidad de pensar y percibir el mundo en imágenes. 

-Lógica-matemática: que utiliza el pensamiento lógico para entender conexiones, relaciones entre objetos e ideas; habilidad para resolver operaciones complejas, lógicas o matemáticas.

-Corporal-cinética: consiste en la habilidad para usar los movimientos del cuerpo como medio de autoexpresión. De aquí podemos sacar lo que dicen de que: "somos un cuerpo". Las personas que desarrollan mucho esta inteligencia, realmente lo son.

-Musical: consiste en la habilidad para pensar en términos de sonidos, ritmos y melodías; producción de tonos y reconocimiento y creación de sonidos. Una persona que tenga esta inteligencia muy desarrollada será capaz de expresar sentimientos y emociones a través de la música. (No puedo evitar pensar en la gran inteligencia musical que tiene que tener Pablo Alborán).

-Interpersonal: consiste en relacionarse y entender a otras personas. Sensibilidad y entendimiento con relación a los sentimientos, puntos de vista y estados emocionales de otras personas.

-Intrapersonal: consiste en la habilidad para entenderse a uno mismo; consiste en ser consciente de tus puntos fuertes y de tus debilidades para así poder alcanzar las metas que te propongas más fácilmente. Habilidad para controlar los sentimientos y emociones personales.

-Naturalista: consiste en el entendimiento del mundo natural incluyendo las plantas, los animales y la observación científica de la naturaleza. Buena interacción con criaturas vivientes y capacidad para entender sus comportamientos.




Después de leer un poco de cada una, Merino dijo que también podíamos añadir otra inteligencia más a la lista:

-La inteligencia ética que consistiría en saber vivir, en ser capaz de ser feliz.

Y cuando escuché esto dije: ¡esta tiene que ser la mía!
Ya que yo siempre digo que de mayor quiero ser feliz, creo que es el mayor logro que una persona puede conseguir. No puede haber mayor satisfacción que el hecho de poder decir que eres feliz.

Seguimos con inteligencias:
A continuación, Merino nos repartió a cada uno una especie de test en el que había varios apartados, uno por cada tipo de inteligencia, que debíamos rellenar para saber cuanta puntuación de cada inteligencia obteníamos.
El objetivo era sacar unos datos que nos mostrasen en que inteligencia estamos más especializados, es decir, cual tenemos más desarrollada.

A mí me salió un empate de 33 puntos en la inteligencia lingüística y en la interpersonal.  
No me sorprendió mucho porque sí es cierto que manejo bastante bien las palabras y que escribir no me resulta muy complicado, además soy capaz de inventar historias y jugar con la expresión no suele ser muy difícil para mí.
Y en lo relacionado a la inteligencia interpersonal, tampoco me sorprendió porque puedo escuchar a las personas y entender su situación y sus sentimientos. Tengo una gran, gran sensibilidad (que en ocasiones me la juega) en relación a los sentimientos y puedo mediar discusiones para intentar resolverlas. No me gusta ver discutir a la gente, sobre todo si son amigos míos.

La inteligencia en la que me salió menos puntuación fue en la lógico-matemática, cosa que no me sorprendió mucho porque me suele costar bastante resolver problemas matemáticas, es algo que tengo que repasar mucho. Pienso que no tengo un buen razonamiento deductivo e inductivo. Resolver problemas críticos tampoco es lo mío.

En el resto de inteligencias tengo 21 puntos en cada una, menos en la musical que tengo 19.

Al tener tan poca diferencia entre unas y otras deduzco que soy una persona que no tiene ninguna inteligencia desarrollada especialmente, y sí, es algo que me aterra bastante la verdad.


Yo creo que de esta actividad aprendimos que la inteligencia no es solo de un tipo y comprendimos que es importante valorar los distintos tipos porque todos tienen la misma calidad, aunque algunos sean más fáciles de apreciar a simple vista.


Las clases de los días 29 de mayo y 3 de junio las utilizamos para ver un vídeo que nos mostraba como romper patrones mentales.

Un señor nos iba poniendo diferentes "pruebas" que Merino iba parando una por una para que nosotros fuésemos resolviendo.
Me estresé bastante porque nunca resolvía ninguno a tiempo, creo que solo fui capaz de resolver uno, y era el más fácil.

El señor nos explicaba que debíamos romper nuestros patrones mentales, las pautas que tenemos en nuestra cabeza para poder resolver los problemas. 
Decía que el truco estaba en pensar de otra manera a la habitual, pensar en como nadie pensaría y así conseguiríamos encontrar la solución.

Creo que de estas clases aprendí que tengo una mente llena de patrones que a lo largo de los años me han ido metiendo en la cabeza y que es hora de intentar cambiarlo.

Y por último me gustaría hablar sobre la última clase en la que hablamos de inteligencias: la del día 10 de junio.

En ella, Merino nos puso tres vídeos y nos pidió que le comentásemos en una hoja que nos había repartido antes si para nosotros se trataban de comportamientos inteligentes o no.

PRIMER VÍDEO: En él aparecía un elefante que tenía un pincel en la trompa con el que estaba pintando un cuadro en el que aparecían dos elefantes muy bien dibujados y con un corazón entre ellos. Era increíble ver como el elefante, con un pulso envidiable, dicho sea de paso, daba cada pincelada de manera precisa y sabiendo en todo momento qué quería dibujar. Luego se nos mostró el dibujo terminado y que en el mismo lugar había, en el mismo, más elefantes haciendo lo mismo.

Ahora nos tocaba opinar sobre el vídeo: yo puse que sí que me parecía una conducta inteligente porque aunque el elefante esté obligado a hacer eso, considero que que lo haya aprendido requiere una inteligencia por su parte. 
En clase estuvimos debatiendo sobre esto, había quien decía que no le parecía algo inteligente porque se lo habían enseñado a la fuerza y siguiendo una pauta, es decir, que la idea no había salido de el propio elefante y por lo tanto no se podía tratar de un comportamiento inteligente.
En mi opinión esa forma de pensar no es acertada, porque nosotros, la mayoría de las cosas que aprendemos, lo hacemos porque alguien nos lo ha enseñado. Prácticamente todas las cosas las hemos aprendido de otras personas y siguen siendo muestras de inteligencia, porque llegar a entender lo que te explican y saber aplicarlo tiene una técnica y un trabajo que la mayoría de las veces no apreciamos.
¿Y qué pasa si haces mal lo que intentan enseñarte? Pues que no has aprendido, pero poco a poco lo irás haciendo. Las cosas requieren su tiempo.

SEGUNDO VÍDEO: En él aparecía "un pájaro pescando". ¡Sí, literalmente pescando! Éste dejaba comida en el agua y cuando los peces iban a cogerla aprovechaba para cazarlos. 

A la hora de opinar: yo puse que para mí si que se trata de un comportamiento inteligente porque el pájaro ha aprendido a utilizar sus capacidades para realizar una acción cuyo resultado sabe que le permitirá sobrevivir. 
En clase hubo quien dijo que más bien se trataba de instinto y no de inteligencia. Pero yo creo que el instinto es el que despierta la inteligencia. Porque si tú tienes una necesidad rápidamente tienes que buscar como cubrirla, y este pájaro no buscó una manera fácil, sino algo innovador y extraño en aves. Ha diseñado un plan y utiliza herramientas. Sin duda es inteligencia.

Así, debatiendo, hubo un momento que se dijo que para cubrir todas nuestras necesidades y poder sobrevivir usamos la inteligencia.
Y creo que Kike preguntó que si entonces, una huelga de hambre, en la que dejas de cubrir una necesidad básica, no era por lo tanto algo inteligente. Pero yo creo que sí porque haciéndola buscas conseguir otro objetivo. Ahora bien, yo no lo haría.

TERCER VÍDEO: Kara, el robot con sentimientos. En él se nos mostraba como iban uniendo las piezas de un robot para al final crear una mujer robot "perfecta" para luego venderlo, pero ésta tenía un "defecto": no quería ser vendida como mercancía, quería vivir libre. Al escuchar esto, empezaron a desmontarla y ella tenía miedo, es decir, ¡mostraba emociones! Hasta que empezó a llorar diciendo que quería vivir, entonces dejaron de desmontarla, volvieron a colocarle las piezas y la dejaron ir con las demás robots.

A pesar de tratarse de una máquina, Kara sí muestra inteligencia que se refleja en sus sentimientos. El miedo que pasa, las lágrimas que suelta son emociones. Las emociones son inteligencia. Ella tiene en su disco duro todos los conocimientos del mundo, sabe lo que es el miedo, la rabia y sabe lo que es llorar. Pero si no fuese inteligente no sabría mostrarlos y ella demostró que poseía esos sentimientos con lo que consiguió darle pena al de la cadena de montaje y así consiguió vivir.
En clase hablaban de que lo que tenía Kara era inteligencia artificial, pero yo creo que ese concepto sería la capacidad de conocer todos esos datos que se le introducen. Kara mostraba otro tipo de inteligencia. Una más... real.

Con esta actividad volvimos a ver que hay muchos tipos de inteligencia también en otros tipos de seres que no somos nosotros, los humanos. Si se pretende alcanzar un objetivo la inteligencia es algo esencial. La inteligencia está en muchas cosas que hacemos o hacen otros seres y con frecuencia no sabemos verlo o apreciarlo como es debido.
Quizás debemos cambiar el chip y darnos cuenta de que los criterios que tenemos para decir si un comportamiento es inteligente o no, han dejado de servirnos.




sábado, 20 de junio de 2015

La filosofía explicada a mi hija

Merino en su blog nos pide que leamos un enlace que nos aporta, que es el primer capítulo del libro "La filosofía explicada a mi hija" y que publiquemos un texto personal comentando sobre lo que nos ha parecido.
Está es mi pequeña opinión:
Fantástico texto. Muy, muy bueno. Me ha encantado muchísimo. 
Nos empieza contando los prejuicios que la gente, por desgracia, tiene sobre la filosofía y nos muestra lo confundidos que están. La mayoría de las cosas que la gente cree sobre la filosofía no son ciertas y tampoco se molestan en averiguar la verdad. De hecho la gente intenta evitarla lo máximo posible, porque la asocian con algo aburrido.
Lo que se pretende en este texto es apartar cualquier prejuicio sobre la filosofía y mostrarnos así su verdadero significado, lo que pretende esta ciencia y hacernos ver que no es tan complicada como se piensa.

Está dirigido a adolescentes y creo que recoge muy bien las ideas que nos quieren transmitir.
Nos dicen que la filosofía tampoco es algo fácil, no es algo natural ni espontáneo pero es una ciencia muy especial que si trabajas y prestas algo de atención y aportas curiosidad, puede mostrarte muchas verdades que hasta el momento creías ocultas. 
En el diálogo el padre define la filosofía de una manera emocionante y no podría estar más de acuerdo con todo lo que dice. 
La filosofía busca las ideas verdaderas. Busca la verdad, en cosas más complicadas y hasta en las cosas más simples. Los filósofos son especialistas de las ideas.
He de decir que hasta ahora pensaba que la historia de la filosofía resultaría demasiado pesada pero en este texto se nos muestra como los distintos filósofos a lo largo de la historia de la humanidad han buscado respuestas a preguntas "relativamente fáciles" que todo el mundo cree saber responder y cuando tienes que explicar de lo que se trata no eres capaz, nunca te han explicado exactamente lo que es. Todos tienen en común una cosa y es el deseo de saber, el amor por la sabiduría del que se nos habla en el texto. Los filósofos tienen esa curiosidad, esa fuerza para buscar la verdad que realmente es muy admirable.

Estoy de acuerdo en todo lo que nos dice el texto porque habla de cosas que he descubierto este año gracias a Merino, y es que la filosofía es imprescindible en nuestra vida, todos deberíamos hacernos preguntas y no solo para obtener respuestas vacías y falsas, si no buscando la verdad, la verdadera esencia de lo que nos interesa saber. Creo que sería complicado vivir sin reflexionar y por eso, todos, a nuestra manera filosofeamos.
Hay una cosa que se dice en el texto que me ha gustado mucho y es algo como esto: tener una idea falsa sobre algo puede llevarnos a malgastar nuestra vida o no aprovecharla como es debido.

Es increíble saber que la mayoría de nuestras ideas no son nuestras, si no que las cogemos de nuestra sociedad, de nuestra familia y amigos, y ni siquiera nos preguntamos si son verdaderas o falsas. A veces incluso llegamos a defender ciegamente estas ideas con argumentos que creemos correctos.
He aquí el importante papel de la filosofía: si queremos enriquecernos a nosotros mismos y además enriquecer a los demás debemos reflexionar, examinar nuestras ideas y ponerlas a prueba para escoger solo las que realmente tienen algún significado, ya que solo éstas nos aportarán verdadero saber y solo en este caso hablaríamos de filosofía.

Me ha resultado muy curiosa la definición de filosofía como la actividad que consiste en intentar salir de una situación embarazosa Podemos entender, de algún modo, que la filosofía quiere ayudarnos a avanzar a partir de estas situaciones que nos sorprenden.

Justifica (muy ciertamente, a mí parecer) el rechazo de ciertas personas a la filosofía diciendo que esta gente tiene miedo, puesto que la filosofía es inquietante, no inspira confianza, nos obliga a no dormirnos y nos despierta infinitas curiosidades.

Cada vez me hago más preguntas sobre todo y este texto me he ayudado a comprender que eso no es nada malo, al contrario, creo que estoy madurando filosóficamente.
Y en cierto modo no me extraña, he tenido al mejor profesor para eso.

No quiero ser una persona vacía, sin ideas verdaderas porque eso al fin y al cabo te hace infeliz.
Con frecuencia solía pensar que reflexionaba demasiado y me he dado cuenta de que no es nada, nada malo: tengo muchas ideas sobre las que pensar y muchas verdades que descubrir.


¿Qué expresa mejor quién soy?

La clase del día 13 de mayo la empleamos en descubrir que cosas de nuestro alrededor, o de nosotros mismos nos identifican más.

Merino llegó como todos los días para alegrarnos la mañana (BENDITAS HORAS DE FILOSOFÍA) y nos dijo que nos colocásemos en círculo y nos repartió a cada uno una hoja titulada: ¿Qué expresa mejor quién eres?

No era complicada de cubrir, había varias frases con dos elementos cada una y sólo debíamos escoger cuál nos representaba mejor.
Aunque sí es cierto que hubo algunos que tuve que pensar más, como decidir entre si expresan mejor quién soy mis amigos o mis enemigos, o entre mis juegos o mi trabajo).

Después de cubrirla, Merino nos fue preguntando que habíamos puesto.
Empezamos por el primero:
¿Qué expresa mejor quién soy?:

  • ¿Mi nombre o mi apellido?

Yo escogí mi nombre porque creo que es una esencia de mí. Es un nombre peculiar, de hecho yo no conozco a nadie más que lo lleve que no sean mi madre, mi abuela y yo. Tiene una historia en nuestra familia. Algo especial que creo que no sentiría si me llamase Laura o Claudia o de cualquier otra forma.
Además el nombre es más cercano, siempre aprecias más que te llamen por tu nombre y no por tu apellido. Hay algo que me dice que yo no sería yo si no me llamase Asun.


  • ¿Mi familia o mis amigos?
Yo opino que expresan mejor quién soy mis amigos porque los amigos los eliges y siempre vas a elegirlos en función de como seas tú, siempre vas a tener un vínculo muy grande con esa gente que te entiende y entiende todos tus pasos, como me pasa con Alba. 
Así, creo que la familia al no elegirla no expresa como somos. Claramente, han hecho, hacen y harán siempre un trabajo muy grande con todos nosotros, nos educan, nos ayudan. Pero a medida que creces te comportas como tú decides, escoges ser de una determinada manera, que puede ser parecida a la que tu familia te inculca o totalmente diferente.
Tú serás de una forma y escogerás a tus amigos siguiendo esa misma pauta.
También es cierto que hay gente en tu familia que para ti son como amigos y eso es lo más grande. Porque la unión por sangre es fuerte, pero por amistad de verdad es más fuerte aún.
Hay familia a la que no ves nunca. Ves mil veces más a tus amigos. Te conocen más tus amigos.
Yo creo que ves a una persona y ves a sus amigos y dices: ¡todo encaja!
Sin embargo ves a una persona y a su familia y puedes asociarla o no con esa persona.

  • ¿Mi fuerza o mi inteligencia?
Yo creo que expresa mejor quién soy mi inteligencia. Fuerza tampoco es que tenga mucha, ni física ni de voluntad. Pero con palabras y fuertes argumentos sacados de tu inteligencia puedes derrotar hasta al más fuerte.
Mi inteligencia expresa más de mí porque la muestro más, me dejo ver más a través de ella, ya que considero que la fuerza tampoco es necesaria.
Como dice el dicho, más vale maña que fuerza.

  • ¿Mi pasado o mi futuro?
En este caso no tengo ninguna duda. Me representa mejor mi pasado, puesto que yo soy como soy por las cosas que me han sucedido.
Yo soy así porque el conjunto de sucesos de mi vida me han llevado a adquirir esta personalidad.
Mi futuro, sin embargo, todavía no marca nada sobre mí. Yo no conozco mi futuro. No sé si será como espero que sea, ni sé si corresponderá con como soy hoy en día.

  • ¿Mis actos o mis palabras? 
Yo soy como mis actos dicen/muestran que soy. 
Una persona te puede conocer más por como actúes y como te comportes que por tus palabras.
Las palabras se las lleva el viento. Los actos siempre quedan, aunque sea en el recuerdo.
Me veo reflejada en mi forma de actuar, en las decisiones que tomo.

  • ¿Mis sueños o mis pensamientos?
Esta cuestión ya es más complicada de responder.
Sin embargo yo creo que me quedo con mis sueños. Es cierto que nadie conoce lo que sueñas, a no ser que lo cuentes. Pero si reflexionas, lo que sueñas está muy relacionado con como y quien eres tú.


  • ¿Mi boca o mis ojos?
Sin ninguna duda, mis ojos me representan más.
Una mirada no engaña y mucho menos a la gente que te conoce con más detalle.
Sin pensarlo dos veces digo que los ojos valen para reconocer a cualquier persona. 
Pienso así porque creo que expresan mucho; los ojos no saben ocultar nada.
Como suelen decir: una mirada vale más que mil palabras.
Y los ojos son el reflejo del alma.

Aquí os dejo mi hoja con todas las opciones:



Con esta actividad he descubierto que hay muchas cosas de mi día a día que cuentan mucho sobre mí, sobre quien soy. Cosas como mi nombre, mi ropa, mis ideas, dicen muchísimo de mí y creo que no somos conscientes de ello.
Así como me pasa a mí, supongo que le pasará a todo el mundo.
Si fuésemos más atentos seríamos capaces de conocer a las personas con cosas tan simples como esas, sin necesidad de palabras.
Ya que, a veces, como bien dijo Merino algún día, hablando se confunde la gente.


Una manera divertida de acercarse al ego

¡Y tan divertida!
El día 29 de abril, Merino subió a su blog este divertido vídeo:



Este señor, llamado Fidel Delgado, nos explica qué es el EGO y como afecta a las personas de una manera muy cómica. 
Con esas gafas que, según lo que él dice, ponen "YO" en sus cristales (y si te fijas, es cierto, sí que lo pone) nos hace más amena la explicación.
El ego es el mundo del yo. Este señor juega bastante con esta palabra, pero todo lo que dice es muy cierto.
Hay una frase que este hombre comenta que he apuntado porque me ha parecido muy acertada para definir el ego: 
"Yo no veo la realidad, veo lo que veo yo" "Mi yo es muy suyo" "Su-yo"
Ya que el ego es eso: pensar en uno mismo.

Cuando es exagerado es malo, muy malo, porque no eres capaz de ver más allá de ti mismo. Pero está bien tener algo de ego, porque creo que todos debemos pensar en nosotros mismos y conocernos bien.

Lo que al final nos comenta es que después de unos años ya no eres consciente de que llevas las gafas, es decir, de que tienes ego suficiente e incluso que puedes estar sobrepasando el límite.
Eso es lo que le sucede a las personas egocéntricas. Todos los demás ven su ego pero ellos no son capaces de verlo.

Por eso, hay que saber ponerse las gafas de vez en cuando pero es importante saber sacárselas a tiempo.

Neurociencia para Julia, capítulos 7 y 8.

Merino nos pide que leamos estos dos siguientes capítulos de Neurociencia para Julia, libro que ya empezamos en el trimestre anterior.
Luego en su blog nos pone una serie de preguntas que quiere que contestemos con ingenio.

Yo no creo que sea el ingenio lo que más resalta en mí, pero lo intentaré:

  • ¿Qué relación hay entre eso que llamamos "yo" y la memoria? ¿Podemos decir que se identifican? ¿Sin la segunda no existe el primero?
La relación que hay entre lo que llamamos "yo" y la memoria es que ésta es un requisito necesario para que emerja la consciencia, el "yo" consciente. Día tras día, al despertarnos nuestra consciencia vuelve gracias a la información que nuestro encéfalo almacena, a nuestra memoria.
Hay una frase ahí que me gusta: "La memoria es el sustrato de tu propia existencia como una mente consciente individual que se perpetúa en el tiempo".
Sí, yo creo que sí, que podríamos decir que se identifican. Y sin la segunda no existe el primero no por lo que antes comentamos, nuestros recuerdos, nuestra memoria, es importante para que surja y se mantenga, por supuesto, el "yo".
Y ambos, el "yo" y la memoria, dependen a su vez de la estructura de conexiones entre miles de millones de neuronas y de la intensidad con que se activa cada sinapsis.

  • ¿Qué sentido tiene que las neuronas del SNC no se dividan y multipliquen como ocurre con otras células?
El sentido que tiene que las neuronas del SNC no se dividan y multipliquen como hacen otras células, es que de esta manera (no dividiéndose ni multiplicándose las neuronas) se mantiene algo muy importante: la estabilidad, en nuestra mente, en nuestro cerebro.
Si las neuronas se dividieran y recambiaran con la facilidad que se da en otros tejidos, sería muy difícil mantener las complicadas ramificaciones y contactos sinápticos que tanto ha costado construir y afianzar.

  • ¿A qué se le llama plasticidad neuronal?
Se le llama plasticidad neuronal a la capacidad que posee la estructura encefálica, construida por las neuronas, para modificarse de forma sutil con su funcionamiento; a esa capacidad de cambio y adaptación que consiste en la modificación o variación de cualquiera de las piezas que constituyen el juego de construcción neuronal (axones, dendritas y sinapsis) haciendo que se modifiquen también sus propiedades funcionales.
Un poco explicado, el proceso se produciría de la siguiente forma:
Cada neurona emite un único axón, pero en su extremo puede ramificarse de manera activa a lo largo de su vida, como si se tratase de un pulpo buscando sus presas. En este caso las presas son las dendritas de otras neuronas, que también se ramifican. De este modo, estas ramificaciones permiten que, aunque el número de neuronas se mantenga estable, las sinapsis y la potencia de éstas varíe para adaptarse a los cambios del sistema, manteniendo una estructura que sostenga la persistencia de la mente individual. Algunas neuronas son tan refinadas que no les basta con tener un árbol de dendritas para recibir sus conexiones, sino que de sus dendritas surgen pequeños apéndices que funcionan como lugares especializados para formar sinapsis. Esas espinas dendríticas pueden retraerse o salir hacia afuera en busca de un axón según la actividad en que esté inmersa la neurona. 
De los billones de sinapsis del sistema nervioso, algunas se mantienen más o menos fijas, pero otras varían con mucha facilidad.
Han demostrado que la plasticidad se mantiene a lo largo de toda la vida y que puede ayudar a mejorar las capacidades de personas con todo tipo de problemas neurológicos.



La verdad es que Neurociencia para Julia es un libro que te ayuda a comprender muchas cosas acerca del funcionamiento de nuestro cerebro e incluye ciertos ejercicios que haces, como la lista de 6 o 7 números que te da en el capítulo 7, explicándote luego exactamente lo que has hecho y qué ha pasado en tu mente para que hayas actuado así. Es impresionante leer todo esto y ver todo lo que ya se conoce sobre nuestro cerebro.
Es cierto que usa palabras técnicas, pero con nuestros conocimientos, que ya se puede decir que son suficientes, es posible entenderlo bastante bien.
Es interesante. Muy interesante. Decirte, Merino, que ha sido una muy buena elección. Gracias.

¿Cuándo bien y cuándo mal?

El día 6 de mayo Merino nos dio una hoja titulada: ¿Cuándo está bien y cuándo mal? 
Esa clase la utilizamos para rellenar la ficha.
Parece que no pero es complicado. Porque hay acciones extremas para las cuales es bastante difícil encontrar un momento en el que estén bien, como matar; y acciones bastante abstractas para las que es complicado pensar momentos en los que pueden estar mal o distintas situaciones en las que se pueda aplicar esa acción.
De todos modos, considero que hay acciones injustificables y con esta actividad, lo que hacíamos era intentar buscarles una excusa, un motivo por el cual sí sería correcto realizarlas. Yo creo que por eso nos resultó tan difícil rellenar la hoja.
Como en un único día no fuimos capaces de completarla, la clase siguiente, la del día 8 de mayo, también la dedicamos a esta actividad.

No teníamos una pauta, una regla que nos indicase por qué unas acciones podían estar bien en determinados momentos y mal en otros. He ahí lo complicado: buscar para cada acción un criterio que nos ayudase, pero hay ciertas cosas que no tienen criterio ni se le puede buscar porque no están bien nunca (al menos para mí).
Las acciones eran las siguientes:


Algunos ejemplos:
  • Escuchar:
-Está bien cuando lo que dicen las personas que hablan te puede ayudar o te interesa o simplemente quieres atender porque lo que dicen te puede aportar algún conocimiento y/o lección importante que te ayude en tu vida.

-Está mal cuando pretendes enterarte de conversaciones ajenas, que no tienen nada que ver contigo y no tendrías por qué saber.

  • Hablar:
-Está bien cuando sabes lo que estás diciendo y porque es una manera de expresarte libremente.

-Está mal cuando hablas para criticar a alguien o hacer algún mal. Las palabras pueden ser como cuchillos.

  • Esconderse:
-Está bien cuando es para protegerse.

-Está mal cuando lo haces para escapar de la vida y de la realidad.

  • Desobedecer:
-Está bien cuando crees que lo que te mandan hacer estaría mejor hecho de otra manera, estás pensando por ti mismo y consideras que no debes hacer las cosas como piden porque no sería correcto.

-Está mal cuando lo que te mandan hacer es bueno y/o necesario para ti.

  • No decir nada:
-Está bien cuando crees que puedes meter la pata o cuando no sabes seguro lo que debes decir.

-Está mal cuando tienes que tomar una decisión importante.

  • Engañar a los demás:
-Es justificable, "está bien" cuando quieres evitar algún disgusto a alguien.

-Está mal cuando lo haces por beneficio propio a costa del engañado.

  • Robar, cosa que últimamente vemos mucho en nuestra sociedad:
-Está bien o se puede entender cuando se hace por necesidad, cuando no dispones de medios y no te queda otra opción.

-Está mal en el resto de los casos, que no tienen justificación y se roba por simple avaricia.

  • Decir tonterías:
-Está bien cuando es para divertirse.

-Está mal cuando das argumentos sin sentido y con ellos tratas de convencer a alguien para confundirlo.

  • No saber:
-Está bien cuando "lo que sabes" puede hacerte algún mal.

-Está mal cuando deberías tener conocimientos necesarios en ese momento.

  • Quedarse solo (que es una de esas acciones abstractas que pueden tener varios significados según la situación):
-Está bien cuando lo necesitas porque te hará algún bien a ti misma.

-Está mal cuando no quieres estarlo.

  • Matar: 
-Es justificable cuando lo haces en defensa propia, cuando no tienes otra manera de ayudar a alguien.

-Está mal cuando es conscientemente para hacer daño a alguien.

Luego hay ciertas acciones, como no hacer nada o pegar a un niño, que están mal siempre desde mi punto de vista.

No hacer nada es algo imposible, puesto que el hecho de respirar ya es hacer algo, y mientras estemos vivos respiraremos. Mientras sea algo productivo siempre compensa hacerlo, estaría bien, por lo menos,intentarlo. Todo lo que sea productivo nos enriquece.

Y pegar a un niño (fuerte, una buena paliza) estaría mal siempre. Luego, los típicos azotes que a todo niño le dan para que aprenda o para que se dé cuenta de que lo que ha hecho está mal, como bien dijo Arancha, creo que son algo bueno; que puede no gustar, ni a los padres darlos ni a los hijos recibirlos, pero con el tiempo te vas dando cuenta de que son cosas necesarias que te han enseñado varias cosas que debías aprender para tu día a día.

Ha sido una actividad de pensar mucho pero nos ha servido para ver que en esta vida hay cosas que la gente hace que podemos no llegar entender y es cierto que a veces no tienen justificación, pero hay otras que sí la tienen.
He aprendido que no debemos juzgar lo que hace la gente sin analizar o conocer bien las razones por las cuales ha actuado así.
También me he dado cuenta de que todo lo que hacemos puede estar mal en determinadas situaciones.
Al final, todo depende de la situación.

El dilema de los transplantes

La clase del día 29 de abril fue un tanto peculiar, nos tocaba tratar un dilema moral y como no podía ser de otra manera: las opiniones de todos nosotros estaban divididas en dos grupos.
Y literalmente, nos dividimos en dos grupos.
Me explico:
Merino llegó a clase y nos repartió una hoja como esta a cada uno:



Empezamos a leerla y en ella se nos planteaba un gran, gran dilema moral. Como bien nos dice en la hoja, la acción que se nos plantea es algo improbable y lo que importa son los principios éticos que rigen nuestra manera de actuar o de pensar ante la situación.
El problema es que en este caso solo había dos opciones, no podíamos buscar una solución alternativa.
Además este dilema se nos divide en dos partes. 

Parte 1
Debíamos imaginar que éramos un médico que tenía 5 pacientes que necesitaban trasplantes de 5 órganos distintos. Y si no se les hacían esos trasplantes, morirían en seis meses. 
Además teníamos otro paciente, a el cual prestábamos cuidados paliativos, que tenía esos cinco órganos intactos. Y según el curso de su enfermedad moriría en seis meses también.
Podíamos acortar su esperanza de vida en una semana si dejásemos de prestarle la atención que necesitaba, pudiendo así trasplantar sus órganos salvando cinco vidas.
¿Debemos dejar morir al sexto paciente para trasplantar sus órganos?

Una vez que terminamos de leer el problema, Merino nos dijo que quien considerase que debíamos dejar morir al paciente que se pusiera en un lado de la clase, y los que considerasen que no debíamos descuidarlo, al otro lado.

Así todos y cada uno de nosotros nos fuimos moviendo. 
He de decir que fui casi la última en elegir hacia que lado moverme. Pero después lo vi claro: debía ir hacia el lado en el que estaban mis compañeros que, como yo, pensaban que debíamos seguir cuidando al paciente.
En ese lado éramos menos porque los otros tenían otra manera de ver el problema o creían que la solución era la otra.
Pero lo difícil llegaba ahora y es que Merino nos pidió que intentásemos entender el motivo por el cual los del lado contrario se habían situado allí, comentar los principios morales que los habían movido a hacer eso.
A pesar de eso, siempre volvíamos a defender nuestra idea, nos costó bastante defender la otra manera de pensar.
Sí pudimos decir que los motivos éticos que los habían movido era el hecho de salvar cuatro vidas a cambio de una, es decir, una razón cuantitativa. Meramente cuantitativa, en mi opinión.
Y se excusaban diciendo que el paciente de cuidados paliativos ya iba a morirse y que lo más normal era que ya estuviese sufriendo.
Eso es cierto, pero una cosa es que fuese a morirse y otra muy distinta es quitarle la vida, porque si dejas de cuidarlo estás incumpliendo tu promesa como médico y estarás matando a una persona, ya que su hora de morir no era esa, si no más adelante, tú adelantarías los acontecimientos y podrías incluso arruinar los mejores momentos de su vida. ¿Y si no quería morirse todavía? Yo creo que no está en la mano de una persona decidir si tienes derecho a vivir o a morir, por mucho que se salven cuatro vidas a mayores.

A la hora de defender nuestra elección eso fue lo que mayormente comentamos. En nuestro grupo todos teníamos más o menos la misma forma de ver el problema. 
Pero recuerdo que yo incluso llegué a enfadarme, no entendía como era posible que los del otro lado dejasen morir a una persona. Ellos hablaban de dejar morir como si fuese algo diferente a matar. Y no. Son lo mismo. Siendo médico, tú tienes en tus manos su vida y si lo cuidas bien y cumples con tu deber puede que incluso viva más de lo previsto. O puede que no, que se muera antes. Pero no habrá muerto por una negligencia por nuestra parte, sino porque así lo quiso el destino, o la suerte, o lo que fuera.
Soy consciente de que hay cinco personas que podrían vivir si tú incumples tus principios éticos. Pero la muerte de esas personas no caería sobre tu conciencia porque no sería culpa tuya si se muriesen, morirían por el curso natural de su enfermedad. Y si dejas morir a tu paciente tendrás remordimientos toda la vida, porque se habrá muerto por tu culpa, por no tratarlo como se merecía y por decidir que no debía seguir viviendo.
Nadie, nadie tiene el derecho de decidir si una persona debe vivir o morir. Eso es elección de la propia persona y como en este dilema no se nos daba la posibilidad de preguntarle al paciente de cuidados paliativos qué le gustaría hacer, si morir para salvar cuatro vidas o seguir viviendo, pues no creo que dejarlo morir sea muy adecuado. La vida es un derecho. El más importante de todos, a mi parecer.

Nos pasamos toda la clase debatiendo un grupo con otro. Pero ninguna persona cambió de opinión todos creíamos tener nuestras razones para estar donde estábamos. Pero yo cada vez lo tenía más claro: aunque las leyes en este caso no tendrían ni voz ni voto, si tú eres una persona mínimamente íntegra sabrías qué hacer. Para mí, la elección correcta sería la nuestra.
Aunque claramente respeto las opiniones de los demás, no las comparto. Podría llegar a entender sus argumentos, pero no cambiaría mi forma de ver la situación.

Tocaba hablar de la parte 2, que nos descolocó a todos bastante:
En ella se nos presentaba una situación que ninguno de nosotros esperaba, puesto que se nos dice que por razones ajenas, el sexto paciente acaba muriendo. Y mientras el personal sanitario lo prepara para quitarle los órganos y trasplantarlos descubrimos su cartera y en ella encontramos una "tarjeta de no donante (por motivos religiosos)".
Podríamos ocultar la cartera, nadie más lo sabría.
¿Debemos ignorar su deseo hecho en vida y salvar cinco vidas o debemos ignorarlo y hacer el trasplante?

Aquí la cosa ya cambiaba, no tuvimos mucho tiempo para comentarlo, porque la clase se acababa, pero creo que todos estábamos de acuerdo en ocultar la cartera.
Es cierto que el deseo del paciente era no donar sus órganos por sus creencias, pero lo que nosotros decidiésemos ya no influiría a su vida, él ya estaría muerto, por lo que yo creo que no estaríamos perjudicando a nadie ocultándola. Sí incumpliríamos un poco nuestro principio ético de la honestidad, de la verdad. Pero creo que las consecuencias serían muy positivas:estaríamos salvando cinco vidas sin perder ninguna. En este caso sí merecería la pena incumplir ese principio. 
Sin duda, opino que salvar vidas es más importante que cualquier deseo. Además ese deseo, la persona que lo pidió no estaría para verlo, para "disfrutar de él", razón demás para no tener por qué cumplirlo.


viernes, 19 de junio de 2015

EMOCIONES

El viernes 17 Merino nos repartió, además, una ficha, sobre la que trabajaríamos en la clase siguiente, titulada: EMOCIONES.
Y así fue, el día 22 de abril nos pusimos con ella. Merino nos preguntó si la habíamos leído, y empezamos a comentarla.
Me encanta la forma en la que se expresan las ideas en esta ficha.  
  

En la fotocopia hablaba sobre lo que era la ecología emocional y sobre como iban evolucionando nuestras emociones a medida que crecemos. Además decía que las emociones aportan datos sobre uno mismo y sobre como te relaciones con los demás.
Tenemos lo que se llama: una casa emocional.
Debemos atenderlas, darles nombre, escuchar lo que nos quieren transmitir y dejarlas partir si es preciso.
De este modo, según dice la ficha, las estaremos gestionando ecológicamente y serán nuestras aliadas.
También se nos expone el término "ventilar habitaciones" que se refiere a que puede haber sentimientos o emociones encerrados en alguna habitación de nuestra casa emocional que no dejamos salir y que no pueden permanecer ahí puesto que al final pueden traer consecuencias peores convirtiéndose en tóxicos emocionales. Así que si tenemos alguna de esas emociones encerradas debemos mostrarla antes que se acumule.
Me ha llamado la atención que en la fotocopia digan que debemos permitir el paso a emociones desagradables y lo justifican diciendo que nos informan de cosas que son importantes para reconducir nuestra vida.
A continuación dicen que tampoco es conveniente retener o evitar compartir emociones tan bellas como el amor, la ternura, la alegría, etc.; "cuando no las expresamos el mundo de pierde lo mejor" dice en la ficha y estoy muy de acuerdo con eso porque mostrarlas siempre ayuda a mejorar tus relaciones con los demás.
Después aparecen una serie de preguntas, sobre las cuales no hemos hablado en clase, a las que iré contestando: 


-¿Qué afectos-emociones, sentimientos, estados de ánimo, pasiones- habitan más a menudo tu casa emocional?
Yo creo que el nerviosismo,el cariño, el reírme por tonterías, y ya que pone también "pasiones" diré la música porque considero que está también en mi casa emocional y tiene un gran lugar en ella. 

-¿Has prohibido el paso a algunas emociones en concreto? ¿Por qué?
Sí, al carácter porque pienso que es una emoción que provocará que pase un mal rato con otra persona por eso prefiero evitarla. Pero en realidad si es lo que siento, debería dejar que pasase y se expresase
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-¿En tu interior hay alguna habitación donde se acumulen emociones desde hace mucho tiempo? ¿Cuál es? ¿Hay algo que te impida abrirles la puerta?
Sí. La rabia, el enfado y una emoción que defino como: "!". Me impide abrir la puerta a la rabia y al enfado el hecho de tener asumido que soy una persona demasiado pacífica como para mostrar esas emociones.

-¿Tu casa emocional tiene puentes que la unan a tu casa racional o bien viven aisladas una de otra?
Yo creo que están aisladas porque, a pesar de que en ciertas ocasiones comparten la misma opinión, en muchas otras, chocan al querer actuar de formas muy diferentes. Yo creo que las emociones (o por lo menos las mías) no hay mente que sea capaz de controlarlas.

-¿Como es el espacio donde habitan tus emociones? ¿Lo visualizas grande o pequeño? ¿Es acogedor o bien inhóspito?
Es un espacio grande y acogedor.

-¿Qué clima reina en tu mundo emocional?
En general, un clima agradable, a pesar de existir en ella emociones negativas, la mayoría de las veces ganan las positivas. Pero que haya también sentimientos negativos creo que es algo normal, no todo puede ser siempre de la misma forma. Y como leímos en la hoja, todo tipo de emociones nos dan información sobre algo importante para reconducir nuestra vida.

-¿Haces higiene emocional diaria de estos espacios o bien permites que se te acumulen residuos y tóxicos? ¿En qué consiste?
Muy a mi pesar, he de decir que no hago higiene emocional todos los días. Pero sí de vez en cuando, y consiste en pensar cuales son las emociones que hay en mi casa emocional, saber cuales son esas emociones tóxicas y reflexionar sobre que no son buenas y no están haciendo bien a mi estado de ánimo, por eso, me mentalizo sobre que debo eliminarlas y normalmente lo consigo, aunque sea por poco tiempo.

-¿Compartes con otras personas lo que sientes? ¿Sólo lo agradable? ¿Sólo lo desagradable? ¿Todo tipo de emociones?
En término medio, suelo compartir con las personas en las que más confío todo tipo de emociones, pero también es cierto que, a veces, hay cosas desagradables que prefiero guardarme para mí,por no molestar a la gente con mis problemas. 

-¿Qué tipo de llave necesita una persona para poder acceder a tu casa emocional? ¿Cuál es tu requisito sine qua non para permitirles la entrada?
Necesitaría una llave llamada "confianza plena". Mi requisito sería que esas personas deben quererme y sobre todo tengo que tener la certeza de que por nada del mundo me fallarían.

-¿Qué crees que puede hacer para mejorar las condiciones de tu cada emocional?
Pues confiar un poco más en mi misma, dejan que las emociones fluyan, liberar las que tengo encerradas y dejar entrar a otras nuevas.

En la clase siguiente, la del viernes 24 de abril, Merino nos dijo que la clase la dedicaríamos a pintar nuestra casa emocional. 
Con toda la información que nos había proporcionado la ficha de la que hemos hablado antes y mirando en nuestro interior, debíamos ser suficientemente capaces de dibujarla.
Podíamos hacerlo como quisiéramos, siempre que realmente representase nuestras emociones y el espacio en el que éstas habitan.

Con un poco de tiempo para imaginármela y dibujarla acabó saliendo esto:



A continuación, Merino nos fue preguntando varias cosas, entre ellas: cuántas emociones había en nuestra casa emocional.

En la mía hay 16 emociones.
Algunas, como la autoestima y el carácter, están en la puerta de entrada. Esto significa que les estoy abriendo paso y que, poco a poco, irán entrando en mi casa emocional.

Otras, como el pesimismo, están en la puerta de salida. Lo que quiere decir que es una emoción que ha pasado demasiado tiempo en esta casa y es hora de que se vaya, porque ya no es su lugar, ya no tiene una función que cumplir dentro de mi casa emocional.

Podemos resaltar una cosa peculiar en mi casa y es que hay como una especie de "cobertizo" en el que hay una emoción llamada "!". Yo sé lo que es esa emoción, sé lo que aporta en mí pero no sé que nombre darle. 
Creo que me gustaría poder deshacerme de ella durante un tiempo por ver como soy yo, como me comportaría sin esa emoción presente continuamente dentro de mi casa.
Ya es parte de mí, porque lleva conmigo muchos años. Ahora, yo soy así porque esa emoción ha estado conmigo, conviviendo todos y cada uno de los días desde que apareció.

La mayoría de mis emociones son buenas, agradables. Y las que no son "tan agradables" tampoco me molestan porque están ahí para formar mi personalidad, para darme información sobre lo que no debo hacer, como el miedo, por ejemplo, que me informa sobre si lo que ocurre es seguro para mí o no.
Hay ciertas emociones, como la rabia o el enfado, que tengo bien encerradas y que incluso represento detrás de una puerta con un candado. Sé que debería dejarlas salir y poco a poco iré rompiendo ese candado y dejando que se muestren cuando sea necesario.

He de decir que esta actividad es de las mías. 
Sobre todo lo relacionado con sentimientos y emociones no me cuesta hablar porque considero que soy una persona capaz de expresar bien lo que siente.

De este ejercicio he aprendido que las emociones, sean buenas o malas, están ahí para proporcionarnos información, para ayudarnos a entender lo que pasa en nuestra realidad. 
Y que en mi casa emocional hay bastantes emociones y todas, todas me definen. Todas.
Y lo más importante que he aprendido es que hacer limpieza emocional para eliminar las emociones tóxicas puede ayudarnos mucho en nuestra vida, siempre a mejorarla.

Recomendaría a todo el mundo que dibujase su casa emocional. En un principio es difícil identificar todas las emociones y distribuirlas por la estructura de la casa, pero cuando ya lo ves hecho, dices: Increíble, soy yo dividida en varias palabras.


sábado, 6 de junio de 2015

Té con Kant

El día 14 de abril, si no me falla la memoria, tuvimos en el instituto una obra de teatro titulada: Té con Kant.
Cuando Merino nos habló de ella la semana anterior pensamos que sería aburrida por tratarse de una representación relacionada con la historia de la filosofía. Era para los alumnos de 2º de bachillerato y creyeron oportuno que nosotros también asistiésemos, porque, a pesar de no estar dando esos temas sería una buena experiencia.

Y así fue, como Merino dice en su blog conocer las andanzas de Johanna Gottfried y Theodora Krauss fue divertido y una buena experiencia.
Eran dos mujeres venidas del pasado, de la época de Kant, y su dilema era el siguiente: una de ellas quería volver al pasado y otra quería quedarse. 
A base de bromas y distintas gracias conseguían que nosotros nos lo pasáramos bien. Participaban con el público, lo que lo hacía todavía más entretenido. Aunque a mí no me gusta nada que escojan voluntarios porque me da vergüenza que me elijan a mí, así que esos momentos en los que se paraban a coger una persona estaba algo nerviosa.
Hicieron una entrada ya divertida, puesto que hablaban con acento y cada vez que lo pienso me acuerdo de Arancha que cuando las oía hablar se reía un montón.
Nos explicaron un poco de donde venían y como era la situación en su época. Nos contaron como habían llegado hasta aquí y quién las cuidó. Daban a entender que la gente de aquí pensaba que estaban locas. 
Cuando empezaron a hablar del imperativo categórico kantiano no nos perdimos, entendimos bien lo que querían explicar.
Hablaba, sobre todo, de las diferentes posturas que podía adoptar una persona ante una situación. La base era que los principios, la defensa de la sociedad debían de estar por encima de los propios sentimientos.
Me gustó mucho. La única pega que le pondría es que al final se hizo largo, en el momento en el que ellas empezaron a discutir, pero porque ya llevábamos bastante tiempo allí.
Una buena experiencia, sin duda, y muy didáctica porque nos llevó a aprender ciertas cosas.
Aunque yo me quedo con la filosofía de Merino.