miércoles, 25 de marzo de 2015

UN DÍA ENTERO SIN QUEJARSE

Merino publicó en su blog un artículo cuyo objetivo era proponernos esta actividad:

IMAG2201

A las 19:34 de la tarde de hoy he empezado de nuevo el reto, porque la otra vez que lo había probado no lo consiguiera.
Por una cosa u otra siempre nos estamos quejando: que si tu madre te manda recoger, que si la persona que te cae mal no para de hablar, que hay demasiados anuncios, mucho tráfico y cosas así.

Me parece interesante y muy adecuado algo que Manu ha dicho hoy en clase, y es que: "los humanos tendemos a buscar la perfección, por eso siempre tendremos cosas de las cuales quejarnos"
Creo que tiene mucha razón, y si buscamos la perfección y esta no existe, seremos seres negativos y, por lo tanto, quejicas toda la vida.
Como podemos ver, asociamos las quejas a las cosas negativas o que a nosotros nos resultan molestas. Nadie protesta por tener que hacer cosas que le gustan.
También quiero decir que a veces nos quejamos por puro vicio. Protestamos por cosas sin importancia. Quejarse es una costumbre, por eso en el artículo nos da algunas pautas como estas para empezar el reto e ir olvidando esta costumbre:

reto24horassinquejarse

He de reconocer que yo no soy demasiado protestona. Con frecuencia, dejo pasar muchas cosas sin quejarme (incluso cuando sí tengo motivos para hacerlo). A mi parecer, esto depende del día que tengas. Si estás feliz y hay algo que te molesta un poco solo, no le das importancia; pero si tienes un mal día, aprovecharás cualquier tontería para quejarte y reñir con alguien.

¿Os habéis fijado en que cuando nos quejamos en voz alta lo hacemos para que la persona que está a nuestro lado lo escuche y nos pregunte? Por lo tanto le contamos lo que nos ocurre y es una buena forma de desahogarse. Esta es una de las explicaciones que yo encuentro a tanta queja.
Quejarnos es una de las formas que tenemos para reprochar a los demás algo que no han hecho bien. Y como tal cosa, puede afectar a la otra persona. Aunque yo lo veo así: una queja es como una crítica, debes aceptarla y aprovecharla para que te sirva de experiencia en otros momentos.

Pero en resumen, creo que todos agradeceríamos pasar un día sin quejas. 

Responsibilidades

El día 13 de marzo, días después de hablar de las distintas etapas de la vida, Merino nos explicó que cuando describimos la edad adulta, hablamos de responsabilidades y más responsabilidades.
Entonces, ya que tan seguros estábamos, nos propuso definir la responsabilidad o lo que era para nosotros ser responsable.
Cada uno escribió, de forma individual, en un papelito que Merino nos facilitó, su definición.

Yo puse lo siguiente: 
Ser responsable es tener una serie de obligaciones o cosas que debes hacer, que te preocupan y que sabes que tienes que hacer lo mejor posible para sentirte bien.
Además añadí el siguiente comentario: la responsabilidad sobre uno mismo, puede llevar a la exigencia extrema, mejor dicho, a la autoexigencia extrema.

Después, fuimos leyendo alguna en voz alta. Recuerdo que a algunos de mis compañeros les costó dar una definición, porque, en verdad, es algo complicado de definir.

Merino fue apuntando y no sé bien como surgió, pero de repente empezamos a hablar de los diferentes comportamientos de las personas y si los distintos estados de ánimo que los desencadenan son responsabilidad nuestra.
Todos coincidíamos en que hay ciertas actuaciones por nuestra parte de las que no somos responsables.
Ese día fue bastante filosófico para mí, podemos decir quizás que estaba bastante inspirada. 
Al actuar siguiendo nuestros impulsos o sentimientos, no somos responsables de ello, porque no lo puedes controlar, pero si lo piensas, te darás cuenta de que eso que has hecho o que tus sentimientos te llevaban a hacer no era lo mejor. O depende, quizás sí que lo fuera.

Yo creo que hay responsabilidades que no son malas porque está bien exigirse algo de vez en cuando e intentar cumplir con cosas que creemos importantes. Siempre y cuando la responsabilidad no nos lleve a exigirnos demasiado, ya que, por propia experiencia, puedo decir que cuando te exiges demasiado acabas completamente agotado, tanto física como mentalmente y a veces no es necesario presionarse tanto. Suelen decirme que trabajo demás y yo siento que a veces no se aprecia.

Quiero plantear aquí una situación, la misma que en clase le comenté a Merino.
Al no ser responsables de nuestros sentimientos ni elegir lo que sentimos, se nos presenta un dilema grande, porque si actúas tal y como sientes, quizás hagas daño o decepciones a los demás.
Mi problema es que soy sentimiento puro y cuando actúo siguiendo esta regla, hago cosas que quizás no sean las más adecuadas o las que más convengan, pero no soy responsable de ello, porque los sentimientos son cosas que no podemos controlar. ¿No es así?
Es una situación verdaderamente complicada.
Lo que tengo claro es que a veces es importante guiarse por lo que se siente y no pensar en lo que la gente dirá. Por momentos, debemos ser algo egoístas. Intentar cumplir nuestras expectativas y no dejar que las expectativas de los demás se conviertan en una nueva responsabilidad para nosotros.

Creo que con esta actividad, Merino pretendía hacernos ver que las responsabilidades se pueden clasificar según su importancia y que en ciertos momentos nos comportamos de manera diferente, causando algún daño a otra persona y nos queremos escaquear de ello porque pensamos que no es nuestra responsabilidad, que fue algo que hicimos sin pensar.

Considero que este es un tema sobre el que podemos seguir profundizando y si alguna vez consigo resolver mi problema de "sentimentalismo" explicaré como lo he hecho. Mientras tanto, intentaré sacarle el máximo provecho a mi situación.

martes, 24 de marzo de 2015

Etapas de la vida

Las clases de los días 4 y 6 de marzo, las utilizamos para hablar de las distintas etapas que tiene la vida.
Si no recuerdo mal, el día 4 empezamos algo tarde la clase, porque mis compañeros tuvieron que ir a hacer unas fotocopias. Así que nos fuimos colocando y Merino fue repartiendo las hojas con las que trabajaríamos ese día.
Primero nos dio un papelito en blanco.

Cuando todos mis compañeros llegaron, empezó la actividad. Merino nos dijo que en el papel debíamos definir en una palabra lo que significaba la infancia para nosotros.
Al principio, tienes que pensar bastante, y las respuestas fueron bastante variadas, pero todos coincidimos al decir que era una etapa de la vida en la que no hay preocupaciones y lo mejor es divertirse sin pensar en mucho. 
Mi palabra para describir la infancia fue: crecimiento, que luego cambié por formación que me pareció más adecuada, se acercaba más a lo que quería explicar.
Durante la infancia, debes aprenderlo todo, todo lo básico que recuerdas toda la vida: aprendes a hablar, leer, escribir, a comer y a cosas simples como andar. Es puro aprendizaje, pero a la vez es una época sin preocupaciones y no existe nada más importante que pasarlo bien. Durante este período somos pura imaginación y creemos que todo es posible. Somos inocentes, pero no importa, tenemos a gente que nos protege y piensa por nosotros, nos cuida y nos lleva por el mejor camino.

Luego, Merino nos pidió que definiésemos la adolescencia. Como es la etapa que estamos viviendo, somos más conscientes de lo que ocurre en ella pero a la vez es difícil de explicar.
Mi palabra para describirla fue: hormonas.
Durante la adolescencia somos puras hormonas. Cambiamos de parecer continuamente. A veces pensamos una cosa y al día siguiente pensamos la otra. Para muchos la adolescencia continuaba siendo pura fiesta.
La palabra de Alba, aventura, también me pareció muy acertada. En cierto modo, es así. La adolescencia es descubrimiento, es probar cosas nuevas continuamente. Nos encanta probar cosas nuevas, descubrir el mundo. Porque es realmente en esta etapa cuando empezamos a pensar por nosotros mismos, dejan de decidir por nosotros y debemos empezar a saber elegir. Tenemos que tomar decisiones importantes que dan miedo, la verdad. 
Es una buena etapa, sobre todo si no te presionas mucho. Lo ideal sería disfrutarla. La juventud es buena. Aprendes mucho y tu personalidad acaba de formarse. También es cierto que hay que saber llevarla. Muchos comentaron también que es una etapa de inmadurez, pero eso depende mucho de cada persona. Hay gente que durante la adolescencia ya goza de una madurez admirable y hay otra que es incluso más inmadura que cuando era niño/a. Yo me considero una persona bastante madura y centrada, aunque también tengo mis momentos de tontería, pero es normal, es, como comenté antes, a causa de las hormonas (que en esta etapa están revolucionadas).
Hablaban también que en esta etapa siguen sin tenerse responsabilidades. Yo opino que también depende de la persona. Si te exiges más y consideras que hay cosas que debes hacer, ya tienes responsabilidades.
¡Que viva la adolescencia!

Desgraciadamente, ese día no dio tiempo a comentar ninguna etapa más.
Continuamos el día 6. Yo ese día no pude ir, pero pregunté a mis compañeros y me dijeron que habían hablado de la adultez.
Yo creo que la palabra que mejor define esta etapa es: rutina.
Cuando eres mayor, todo cambia. En este momento, todo, todo, absolutamente todo el peso del mundo cae sobre ti. Durante las etapas anteriores, siempre había personas que sujetaban las cargas, pero al llegar a la edad adulta, debes vivir por ti mismo, no puedes depender de nadie. Es más, si tienes hijos, debes cuidar de ellos, es una responsabilidad muy grande.
Claramente, es la etapa con más responsabilidades. Vives en una rutina constante. Debido al trabajo, al cuidado de tu propia casa, etc.
Mi miedo más grande es caer una aburrida vida rutinaria.
Me da miedo crecer, me da miedo a quedarme con ganas de hacer cosas y no tener tiempo para hacerlas.

Merino nos abrió los ojos y nos hizo ver que a medida que ascendíamos de etapa, la describíamos más negativa que la anterior. Que según nosotros, la etapa más feliz es la infancia, pero tampoco tenemos un criterio muy amplio, ya que nosotros no vivimos aun todas.
Pero tal y como nos hablan de la adultez y de como la tenemos pintada, es muy normal que no nos apetezca crecer.
Pienso que cada etapa tiene su parte hermosa, cada etapa tiene como una finalidad, una especie de fin que debemos cumplir. Cada uno se marca sus propias metas y creo que debemos ser conscientes de que podemos hacer y vivir nuestra vida como mejor nos parezca.

Neurociencia para Julia, segunda parte

Me toca ahora comentar un poco, de forma más creativa, como dice Merino, este libro.
Creo que no era obligatorio hacer ambas partes, pero nunca está demás.

La lectura de Neurociencia para Julia ha hecho que reflexionase acerca de varios temas que me gustaría comentar. 
Me he quedado asombrada con la cantidad de neuronas que parece ser que tenemos y con la complejidad de nuestro sistema nervioso y periférico. Es verdad que, como dice Xurxo Mariño, nosotros estamos acostumbrados a oír hablar del cerebro, pero no es el único gran trabajador de nuestro cuerpo. 
Me ha llamado mucho la atención también eso de la sinestesia, puesto que es verdad que muchas veces mezclamos dos sentidos y un número lo asociamos a un color o algo parecido. Yo conozco gente a la que le pasa, así que saber que nombre darle a eso, está bien.
La descripción de los sentidos y descubrir la gran importancia que tienen para que la información llegue a nuestra mente es algo que deberíamos tener presente ya que con frecuencia olvidamos lo maravilloso que es poder sentir los objetos, ver, oler o escuchar sonidos. No puedo imaginar como sería mi vida sin poder escuchar... o sin poder ver... Del gran don que es poder ver sí que soy consciente, porque empezar a ver borroso es desagradable, os lo aseguro.
Decir también que me pasó una cosa curiosa mientras leía el libro. Creo que es en el primer capítulo donde cuenta que hay seres que no tienen sistema nervioso, como las plantas, y luego decía que hay una cosa que nos diferencia y que por eso nosotros tenemos. Y esa cosa es la necesidad de moverse para poder sobrevivir. Y antes de leer eso, yo ya estaba pensando: seguro que es el movimiento. Y de repente leí la misma frase que yo había dicho y me resultó muy gracioso... ¿no os encantan las coincidencias?
Pude leer también, como vimos ya en el documental de la mente inconsciente, que nuestro cerebro decide muchas cosas por nosotros.
Pero sin duda, sin ninguna duda, lo que más me llamó la atención fue el hecho de que nuestra capacidad de visión tiene un pequeño punto ciego, por el que se supone que deberíamos ver manchones y en el libro se habla de una forma de comprobarla, con unos folios y dibujando en un lado del folio una cruz y en el otro un punto. Se supone que cerrando un ojo y mirando con el otro hacia la cruz, verás el punto, pero si vas alejando el folio habrá un momento en el que dejarás de verlo. ¡Sería divertido comprobarlo todos juntos! Pero volviendo al hecho en sí, parece ser que vemos perfectamente "el mundo" gracias a que nuestro cerebro se inventa la información que falta, teniendo en cuenta las imágenes próximas. Me parece fascinante, muy, muy increíble.
¿Habrá gente que vea que tiene un punto ciego en la vista debido a que su cerebro no se inventa la información por algún fallo? 
Esta reconstrucción no ocurre solo con la vista, si no que en el resto de sentidos también se puede percibir. Sigo fascinada.

El objetivo de la lectura de este libro es completar un poco nuestra información sobre lo complicada que es nuestra mente. Terminar de conocer nuestro cerebro y apreciar un poco el gran trabajo que hace por nosotros.

Pensando en el pensamiento

Sé que pareceré pesada hablando en tantas entradas sobre la mente y los pensamientos, pero hay documento que Merino publicó en su blog que me resultó verdaderamente interesante para comentar.
Creo que en ese documente Lisa, Jill y Fran comparten conmigo varios puntos de vista. Hay cosas que he leído aquí de las que yo también hablé en mi entrada anterior.

Lo primero que debo hacer es una reflexión acerca de la siguiente pregunta:
            ¿cómo influyen nuestros pensamientos en nuestra vida?
En nuestra vida, los pensamientos son muy importantes. La idea que tenemos de algo nos guía a la hora de opinar de verdad sobre ello. Si algo no nos gusta o creemos/pensamos que no nos va a gustar, al probar, es muy probable que no nos guste porque durante mucho tiempo hemos pensado así.
Yo creo nuestros gustos van cambiando a medida que crecemos porque también cambian nuestros pensamientos. Cuando somos niños pensamos de manera inocente (podemos decir incluso que no pensamos demasiado en esta etapa) y todo lo que quieran cambiar nos va a resultar extraño, por no decir que prácticamente huimos de los cambios. A medida que crecemos, en la adolescencia, estamos abiertos a cualquier cambio, de hecho los cambios nos divierten, parece que le dan emoción a nuestra vida, de hecho, pensamos así, de modo que estamos abiertos a probar más cosas. En la edad adulta, la rutina se convierte en algo normal y nuestros pensamientos los dedicamos al trabajo, a los hijos. Podemos hablar de pensamientos protectores y cuidadores hacia los más pequeños, lo que no nos deja mucha oportunidad de cambiar lo que ya pensábamos antes.
En resumen, los pensamientos influyen mucho en nuestra vida, en nuestra manera de ver las cosas, haciendo que la idea que tenemos de algo, se convierta en lo que de verdad acabamos sintiendo, de ahí el ejemplo del padre de Lisa al decir que se pone malo con solo pensar en la bazofia de bocadillo que se hace. Pensar en algo que te hace daño o que no te gusta, te lleva a sentirte mal realmente hasta el punto de que tu condición física puede llegar a resentirse también. Decir que no todo es malo, porque pensar en cosas que te gustan o en momentos felices, te hace sentir verdaderamente bien.

La segunda parte de esta actividad consiste en hacer una descripción metafórica de mis pensamientos, de modo similar a como lo hacen los personajes de la historia.

Mis pensamientos son como un gran conjunto de fotos, como si fuera el álbum que las recoge. Aparecen momentos, personas, sentimientos vividos, etc. y puedo decir que están bastante ordenados: los pensamientos más importantes y los que más consulto podríamos decir que están en las primeras páginas del álbum y son muy nítidos; los más antiguos y ciertos recuerdos, en las páginas finales, esperando a que, en algún momento, sienta la necesidad de volver a consultarlos. 
A veces alguna de estas fotos cae del álbum y me veo obligada a recogerla, viniendo a mí pensamientos que creía olvidados.
Otras veces saco yo misma algunas fotos y durante días no puedo dejar de mirarlas (es decir, de pensar en eso).
Que maravilloso es el arte de pensar.

Reflexión en grupo: ¡pensamiento!

Me gustaría hablar un poco sobre lo que hemos hecho el día 11 de febrero.
Merino nos dividió en grupos de 4 o 5 personas y nos repartió a cada uno una hoja.
El objetivo de la actividad era dialogar sobre una serie de temas y preguntas que había en la ficha e intentar ponernos de acuerdo todos los del grupo, aunque no era obligatorio.
Como bien dice Merino en la ficha, lo importante era dar una opinión razonada, aportando criterios y razones que expliquen por qué pensamos lo que pensamos.

En mi grupo estábamos López, Mahewa, Manu y yo. Es ideal filosofear con López. Le da tantas vueltas a las cosas como yo.
La verdad es que en la mayoría de las preguntas todos estuvimos de acuerdo. Pero creo que hubo alguna que no supimos razonar, a pesar de estar de acuerdo en la respuesta. También recuerdo que la parte final de la ficha no nos dio tiempo a acabarla, por eso considero que lo adecuado es contentar a las preguntas aquí:


  • ¿Piensas en color o en blanco y negro? En color (para contestar esto, todos pensamos en las cosas que en algún momento hemos pensado y te fijas si en ese pensamiento a las personas y a los objetos los ves en color o no).
  • ¿Puedes separar las partes de tu pensamiento como se puede desarmar un reloj o analizar una oración? En cierto modo sí, tú puedes clasificar tus pensamientos según el tema que traten, pero también es cierto que a veces piensas muchas cosas a la vez, y cosas distintas de las que puedes distinguir su diferencia pero que están unidas por el momento en el que llegaron a tu mente.
  • ¿Piensas alguna vez lo que significa que puedas pensar? ¿Y qué piensas? Sí, yo creo que todos alguna vez nos hemos planteado la suerte que tenemos al tener capacidad de pensar. Yo pienso que uso demasiado esta capacidad, es decir, que normalmente pienso mucho las cosas. Me suelen decir que debería cambiar eso, aunque muchas veces resulta útil.
  • ¿Te es más fácil pensar en alguna circunstancia? ¿Cuál? Sí, me resulta muy sencillo pensar en momentos o situaciones en las que he sido feliz, sobre todo cuando necesitas volver a serlo.
  • ¿Alguna vez piensas en más de una cosa al mismo tiempo? Esta pregunta nos permitió debatir un poco en el grupo. Yo creo que no, que dejas de pensar en una cosa para pensar en otra, ya que mientras piensas en algo y otra cosa se te viene a la mente, olvidas un poco lo que estabas pensando antes.
  • ¿Hay alguna diferencia entre tener pensamientos y pensar? Esta es mi pregunta favorita. La que más te hace cavilar. Pues bien, a mi parecer, los pensamientos los tienes justo después de pensar y reflexionar. Es decir, una cosa sucede antes que la otra. Primero se piensa y luego se sacan ideas o pensamientos.
  • ¿Eres la única persona del mundo que conoce tus pensamientos? Mmm... sí. No hay nada más personal que los pensamientos.
  • ¿Existe en el mundo alguna persona que pueda expresar tus pensamientos mejor que tú? En principio no, pero hay situaciones en las que las personas que mejor te conocen (como Alba, en mi caso) saben como te sientes y pueden expresar lo que piensas.
  • Cuando haces algo, ¿sabes siempre por qué lo haces? No, hay cosas que haces sin pensar. A estas cosas las suelen llamar presentimientos o intuiciones.
  • Cuando piensas, ¿lo haces en palabras, en imágenes o en las dos? En imágenes, quizás es más real.
  • Si estás pensando en alguien, ¿tienes en tu mente una imagen de esa persona o sólo piensas en el nombre de esa persona? Una imagen, y normalmente de algún momento que haya pasado con esa persona.
  • Si piensas en palabras, ¿las escuchas en tu mente o las ves en tu mente? Las escucho.
  • Cuando piensas, ¿te diriges a ti mismo y hablas solo? Sí, a veces sí, sobre todo si no me decido acerca de algo.
  • ¿Hay pensamientos que preferirías no tener y otros que te gustan mucho? Sí, continuamente. Con frecuencia los que no preferiría tener son los negativos.
  • ¿Cuándo piensas mejor, cuando estás de pie, sentado o acostado? Acostada, pero no sabría decir por qué.
  • ¿Crees que es cierto que las personas piensan mucho cuando están tristes y muy poco cuando están contentas? En mi grupo todos pensamos que sí es cierto, pero también es algo que depende mucho de la persona.
  • Cuando practicas algún deporte, ¿no te parece que es como si pensaras con el cuerpo? Yo no suelo practicar deporte, pero creo que más que pensar con el cuerpo, es vivir y dejar fluir el sentimiento. Creo que haces lo que sientes, no lo piensas mucho en esos momentos puesto que suele ser muy rápido.
  • ¿De qué te sientes más cerca, de tus pensamientos o de tu cuerpo? Bien, yo considero que me llevo mejor con mis pensamientos.
  • ¿Qué prefieres, pensar en tus propios pensamientos o en los pensamientos de los demás? Pensar en los míos. Tenemos todo un mundo dentro de nosotros y descubrirlo es verdaderamente interesante.
Yo he contestado a las preguntas aportando en la mayoría de ellas mis razones para pensar así.
La segunda parte de la ficha, incluía una serie de preguntas a las que debíamos responder SÍ o NO. Si la respuesta era SÍ debíamos poner un ejemplo y si era NO teníamos que dar una razón.

  1. ¿Es posible que una persona admita algo sin comprenderlo? Sí, por ejemplo: tú puedes tener un sentimiento, admitir que lo tienes y no comprender la razón por la cual sientes así.
  2. ¿Es posible que una persona sepa algo sin comprenderlo? Sí, por ejemplo: puedes estudiar de memoria un tema y no comprender nada de lo que has memorizado.
  3. ¿Es posible que una persona tenga un buen dominio de un tema sin comprenderlo? No, porque para dominar algo debemos entenderlo y poder explicarlo de diferentes formas.
  4. ¿Es posible que una persona comprenda algo sin entenderlo? Mmm... no, yo creo que comprender y entender son palabras prácticamente sinónimas. Aunque hay una situación en la que puede aplicarse esta situación: si una persona te dice que decidió hacer algo, lo que sea, tú puedes no entender por qué lo hace, pero comprendes que necesitase hacer algo.
  5. ¿Es posible que una persona intuya algo sin comprenderlo? Sí, por ejemplo: tú puedes intuir (porque hay algo raro, algo que no te cuadra) que se avecina un cambio, pero no comprendes la razón por la que lo intuyes.
  6. ¿Es posible que una persona se dé cuenta de algo sin comprenderlo? Sí, por ejemplo: tú puedes darte cuenta de que la actitud de una persona hacia ti es distinta, pero no comprender por qué (ya que puede haber muchos motivos o ninguno).
  7. ¿Es posible que una persona pueda afirmar algo sin comprenderlo? Sí, en el caso de los sentimientos sí, por ejemplo: yo puedo afirmar que siento algo por alguien pero no comprender por qué.
  8. ¿Es posible que una persona crea algo sin comprenderlo? Sí, me valdría el mismo ejemplo que en la pregunta anterior: yo puedo creer que quiera a alguien, sin comprender ni saber realmente por qué siento así.
  9. ¿Es posible que una persona niegue algo sin comprenderlo?  Sí, sigo con el mismo tipo de ejemplo: yo puedo negar que sienta algo sin comprender o sin querer ver como me siento de verdad. Pero bueno, he de decir que lo normal cuando niegas una cosa es comprenderla, porque si no lo haces, ¿en qué te basas para negar? corres el riesgo a equivocarte.
  10. ¿Es posible que una persona perciba algo sin comprenderlo? Sí, continuamente. Percibes cosas que a lo mejor en el momento no comprendes pero con el tiempo, acabarás entendiendo. Por ejemplo: el comportamiento de una persona. Tú ves que cambia, lo percibes pero no comprendes el motivo del cambio. Probablemente porque la otra persona cambiará poco a poco hasta que al final diga lo que pasa.

Con esta ficha, creo que la idea de Merino era aplanarnos el terreno, hacernos pensar sobre lo que conocemos acerca de nuestros pensamientos para luego ver el documental de la mente inconsciente del que hablaré en la próxima entrada. Conocer nuestra mente es el objetivo. Es lo que estamos intentando.

MENTE INCONSCIENTE

Durante cuatro clases hemos visto un vídeo sobre la mente humana y los misterios que oculta. Creo que nuestra opinión o nuestra forma de entender nuestro cerebro ha cambiado. Y hablo en general porque pienso que a todos los de clase nos ha ocurrido lo mismo.
En el vídeo se cuenta la historia de un chico y una chica que están solteros y se conocen y va surgiendo el amor. Se nos explica lo que le sucede al cerebro y al cuerpo cuando nos enamoramos. También se nos enseñan una serie de experimentos que se han probado con varias personas para hacernos ver las formas de pillar o intentar engañar a nuestro cerebro. Hablo de las operaciones con cerillas. Todas seguían un mismo patrón y el cerebro lo encontró, hasta que llegó una operación que cambiaba los esquemas, era diferente y no se resolvía como el resto. Vimos como al cerebro le costó más encontrar solución pero al final lo hizo.
Es increíble ver su funcionamiento. Parece que hablamos de otro mundo puesto que la mayoría de las cosas que hace son desconocidas para nosotros. Quiero decir, sabemos que el cerebro lo usamos para pensar, tomar decisiones, etc. pero no tenemos o mejor dicho, no teníamos ni idea de que trabajase tanto. 

Nos cuentan también que nuestra mente inconsciente decide la mayoría de las cosas antes de que nosotros vayamos a pensarlo. No puedo entender la razón por la cual nos pasamos tanto tiempo pensando a veces si nuestro cerebro ya conoce lo que vamos a hacer o lo que cree que es mejor.

Fue un vídeo largo pero no pesado, creo que lo hemos asimilado bien porque nos hablaba de cosas muy interesantes y lo veíamos no pensando que teníamos que hacer un trabajo luego. Si no que pudimos disfrutarlo y así aprender mejor.
De este modo, cada uno saca su conclusión y se queda con las cosas que más le han llamado la atención.

En mi caso (como no), lo que más me llamó la atención fue el funcionamiento del cerebro ante una relación amorosa. Las distintas fases por las que pasa y la sensación que produce.

Creo que es interesante eso de saber de quién va a decidir nuestro cerebro de quién nos vamos a enamorar. Puesto que la antropóloga Helen Fisher nos cuenta que hay cuatro tipos de personas a efectos de enamoramientos: exploradoras, constructoras, negociadoras y directoras. Merino nos ha puesto el test a realizar para saber que tipo de persona somos.
La verdad es que me interesa saberlo.

Creo que el objetivo de ver este vídeo y de leer Neurociencia para Julia, es conocer más nuestro propio cerebro del que no sabíamos nada. El trimestre pasado nos conocimos más a nosotros mismos y aunque el cerebro es una parte de nosotros, oculta muchas cosas que si no llega a ser por estos documentales no descubriríamos jamás. Es interesante conocer su funcionamiento y saber que no hay nada más rápido que él. Es importante saber cosas sobre nosotros mismos y cuanto más sepamos, más podremos avanzar.

Cerebro, solo te pido una cosa: si sabes ya lo que es mejor para mí o ya tomaste una decisión, no dejes que me pase horas y horas pensando y pensando. Debemos tener una comunicación más rápida.

Aunque, pensándolo bien, ¿realmente el cerebro no nos comunica las decisiones o nosotros no queremos recibirlas?

De todos modos, le doy las gracias por seguir funcionando bien, hasta ahora mi mente ha tenido siempre mucho trabajo. Y la verdad es que no se queja mucho.

Pregunta difícil

Merino nos pidió que intentásemos dar una respuesta a esta complicada pregunta que uno de sus alumnos de la ESO le hizo. Mi razonamiento o más bien, mi forma de pensar, me llevan a contestar lo siguiente:

"¿Cómo puede uno saber que no sabe, si no sabe que no sabe?"
Yo creo que piensas que no sabes, lo piensas sin saberlo realmente, porque te da miedo intentarlo. Tienes miedo a decepcionarte y a decepcionar a los demás, así que decir que no sabes, es más fácil que intentarlo y correr el riesgo a fracasar. Es nuestra mente negativa. 

Resulta difícil explicar estas cosas que nos ocurren a todos y cada uno de nosotros todos los días, y cuando te pones a pensar surgen estas preguntas. 

lunes, 23 de marzo de 2015

Neurociencia para Julia

Todavía tengo unas cuantas cosas más que comentar, pero quiero hablar primero de este libro porque es un tema más extenso y prefiero darle a Merino más tiempo para que pueda evaluarlo.
Como decía, este trimestre Merino nos propuso leer seis capítulos de un libro de Xurxo Mariño, titulado Neurociencia para Julia, que nos permitirá entender mejor el funcionamiento de nuestro cerebro y así poder hacer filosofía. 
Además también vimos un documental sobre la mente humana del que hablaré en las próximas publicaciones.

Para demostrar nuestra lectura de forma más académica, Merino nos propuso rellenar el siguiente cuestionario:

1.¿Cómo se comunican las neuronas?
Las neuronas se comunican a través de las prolongaciones que parten del soma y que pueden llegar a ser muy numerosas y alcanzar una longitud considerable. Las que reciben la información de otras células se llaman dendritas (especie de antenas receptoras). Además, cada neurona tiene un único axón que normalmente se ramifica para comunicarse con otras células. Ambos tipos de prolongaciones forman su sistema de comunicación y permiten que se conecten entre ellas y con otras células.

2. Si el sistema nervioso no es imprescindible para vivir (carecen de él plantas y hongos) ¿Cuál es la causa desde la perspectiva evolutiva de que los animales lo posean?
La causa es que los animales necesitan/necesitamos movernos para alimentarnos, reproducirnos y básicamente para sobrevivir. Necesitamos generar movimiento, por eso tenemos sistema nervioso y sólo los animales poseemos neuronas. Por el contrario, las plantas y los hongos desarrollaron una estructura que les permite alimentarse y reproducirse sin moverse, manteniéndose fijas en el sitio. Aunque me parece interesante comentar también que pueden tener reacciones que generen algún tipo de movimiento, por ejemplo para orientarse cara a la luz. Esto no está controlado por ningún sistema nervioso, sino por el cambio local en alguna característica de las células.

3. ¿Cómo logramos predecir el futuro? ¿Qué relación tiene la capacidad de anticipación del futuro con el hecho de que seamos incapaces de hacernos cosquillas a nosotros mismos?
Logramos predecir el futuro deduciendo consciente o inconscientemente lo que va a pasar y actuando para evitar que nos cause daño. Lo logramos a través de nuestro encéfalo que utiliza la información que capta por los sentidos para crear una representación virtual del mundo que se compara con la información que hay almacenada en la memoria, y de esta así se pueden tomar decisiones que resulten útiles. Nuestro cerebro crea una representación interna del mundo que nos permite generar un comportamiento coherente y predictivo.
La relación que existe es que debido a esta anticipación, al mover la mano, el encéfalo ya sabe que parte vas a tocar antes de que lo hagas y entonces la representación interna que crea la mente hace una predicción de esa sensación de tacto disminuyendo así la intensidad con la que percibimos esa sensación.

4. ¿Qué es la propiocepción?
La propiocepción es la percepción de nuestro propio cuerpo en el espacio, que se nutre de los dados que proporcionan los sistemas sensoriales y de la información sobre el equilibrio y el tacto.

5. ¿Qué es la sinestesia?
La sinestesia es la  combinación de varios sentidos, la percepción cruzada de algunos de ellos, de modo que la activación de un tipo de receptor sensorial crea una percepción que no se corresponde con ese receptor o cuyo estímulo no existe. Decir también, que en cierto modo todos somos sinestésicos, ya que de forma habitual combinamos varios sentidos.


6. Ponte en modo filosófico y comenta esta frase. ¿Qué se puede concluír respecto a nuestra manera de percibir eso que llamamos “la realidad”?

“La percepción no es un reflejo pasivo de lo que entra por los sentidos (radiación electromagnética, moléculas, ondas de aire), como la impresión que hace la luz en una placa fotográfica o un sensor digital. No. Es una construcción activa en la que también son importantes las “pinceladas” que tus neuronas se sacan de la manga”.

Después de haber leído el sexto capítulo, debo decir que es algo fascinante e increíble que nuestro cerebro complete las imágenes que nuestro ojo no nos permite ver con recuerdos o simplemente con lo que "la imaginación" quiere.
La realidad no es más que la manera que tenemos nosotros, o mejor dicho, nuestro cerebro, del mundo.
Si hacemos caso a esto, dependiendo de tu forma de ser o lo positivo que seas, verás la realidad de una forma más alegre o de una forma más triste. El cerebro utiliza los recuerdos  que tenemos de situaciones parecidas o, a veces, hasta crea él lo que cree que se correspondería mejor con la realidad-
Y la verdad es que tiene sentido. 
Yo le agradezco mucho a nuestra mente inconsciente este acto por su parte, ya que ver la vida con un punto ciego sería algo verdaderamente triste.
La realidad no existe, no hay un mundo que todos veamos igual, en cierto modo, todos vemos de manera diferente. Es algo que me pregunto muchas veces: ¿cómo verá la gente lo que yo veo?
Me tiene pasado con el hecho de llevar gafas, yo para poder ver lo que mi cerebro quiere que vea, necesito poner delante de mis ojos unos cristales. Es difícil explicar a la gente como ves cuando no llevas puestas las gafas. Normalmente el concepto que la gente tiene es que te quitas las gafas y no ves absolutamente nada; pero no, en mi caso, por lo menos, al quitarme las gafas veo borroso, pero me alegro de no ser consciente de ese punto ciego que tenemos. Me alegro mucho, puesto que creo que la capacidad de ver, o mismo, de percibir imágenes, colores, etc. combinado con otros sentidos es una de las cosas más grandes que tiene la vida.

sábado, 21 de marzo de 2015

Intento de desarrollo del pensamiento creativo

Merino publicó en su blog esta imagen y nos pidió que usásemos nuestro pensamiento creativo que normalmente tenemos apagado para completar esta viñeta con un máximo de 250 caracteres. Aquí va mi propuesta:

   
                               

Para aquellos que aceptan la innovación y que están dispuestos a arriesgar, todo es posible. ¿Hasta recoger el jardín sin necesidad de rastrillo? Exacto.

Prueba de relajación

El día 6 de febrero la clase fue relajada.
Y válgame la redundancia, ya que unas clases antes habíamos visto unos vídeos que hablaban sobre los alumnos y el estrés que estos tenían. Contaban que los alumnos estamos presionados y que habían experimentado en varios colegios la relajación obteniendo muy buenos resultados. Decían que después de este descanso, la mente se despejaba y los alumnos ponían más atención y más ganas a las clases siguientes.
Por eso, Merino pensó que sería muy interesante probarlo por nosotros mismos.
Nos explicó que normalmente respiramos mal y que si ese día hacíamos bien el ejercicio notaríamos como nuestra respiración cambiaba y el diafragma se hincharía y se deshincharía como debe.
Y yo, al menos, se lo agradezco, porque acabé verdaderamente relajada.
El ejercicio consistía en ponernos por parejas. Uno sentado y otro de pie. El que estaba sentado debía cerrar los ojos y el que estaba de pie, apoyaba sus manos sobre los hombros del compañero (porque si no recuerdo mal, eso transmitía tranquilidad y permitía tener los ojos cerrados "sin miedo") y luego pasarlas al pecho.
Yo me puse con Alba. Me tocó cerrar los ojos primero. No me resultó difícil, quizás era por tener a Alba detrás con sus manos apoyadas encima mía. Tengo que decir que dejar la mente en blanco me resulta demasiado complicado normalmente, pero ese día fui capaz de hacerlo, tanto que no recuerdo si Merino había puesto o no música. Cerré los ojos y no pensaba en nada. Mi cabeza descansaba, no había presiones ni preocupaciones. Mi respiración cambió ya que Alba dijo que notaba a la perfección como respiraba cuando bajó sus manos al pecho.
Le tocó el turno a Alba y creo que ella, a pesar de ser una persona nerviosa, consiguió relajarse también, ya que yo noté como su respiración cambiaba. 
Pienso que ser una persona en la que ella confía influye a la hora de conseguir relajarse. 
Pude ver también como el resto de mis compañeros estaban tranquilos y relajados.
Me ha gustado mucho, mucho probarlo y considero que para los días o semanas más estresantes, como las de exámenes estaría bien hacer este ejercicio.
Fijaros si me ha resultado curioso que hasta hice que mi hermana probase. Con gran éxito por cierto, ya que ella es demasiado inquieta y nerviosa y después de la relajación estaba tranquila y no gritaba tanto al hablar.

Quise comentar esto en el blog porque veo realmente que fue útil probarlo y que hacerlo de vez en cuando estaría muy bien.

viernes, 20 de marzo de 2015

Grados de conocimiento

El día 4 de febrero, Merino nos repartió una hoja titulada "grados de conocimiento", como esta:

Donde había una lista de acciones/conocimientos que debíamos ordenar en cuanto a su profundidad.
Cada uno decidió dividir los conocimientos en los tipos que creía mejor según su punto de vista. A mi parecer, hay tres tipos de conocimientos en los que se puede clasificar esta lista:




1. Conocimiento más profundo. Yo pienso que entran dentro de este grupo aquellas cosas que requieren pensar pero no solo con la cabeza, si no también con el corazón; cosas que necesitan de sentimiento y pasión para poder realizarse. Yo considero que son cosas difíciles para las personas que les cuesta expresar lo que sienten y más fáciles para aquellas personas que son puro sentimiento.

2. Conocimiento intermedio. Yo coloqué en este grupo aquellos conocimientos que tienen cierta "importancia". Intentaré explicarme mejor: aquellos que puedes vivir sin aprender o sin hacerlos pero que cuando lo haces o te propones hacerlo, debe ser con cariño y bien hecho. Podemos decir: "poniendo el alma en lo que se hace". Se puede aplicar la frase: "Si lo haces, hazlo bien".

3. Conocimiento superficial. Entrarían en este grupo, aquellas cosas que sabes porque las memorizas, que no tienen importancia a la hora de formarte como persona. Son cosas que no tienen nada que ver con tu interior, como bien indica la forma en la que lo llamamos. Las sabes porque te las han enseñado en el colegio o porque has visto a alguien hacerlo pero no indican nada de ti, todo el mundo las hace de la misma forma, sin ninguna diferencia. Por eso, puedo decir que estos conocimientos, para mí, son los que tienen menos valor.

Creo que los conocimientos que Merino nos puso en la lista resumen muy bien lo que una persona vive y para mí no fue difícil hacer la clasificación, porque utilicé el criterio que arriba escribí.
A mi parecer, no falta nada, puesto que lo más importante de la vida ya está incluido en la lista. Queréis ahora saber de lo que hablo, ¿no? Pues hablo del amor que es lo que mueve el mundo. Es lo que todo el mundo siente en su vida, más tarde o más pronto. 
También incluyó cosas superficiales, como saber que día es hoy o saber freír un huevo, me parecen cosas básicas, que todo el mundo sabe o la gran mayoría de las personas y que no tienen mucha dificultad. 
Pero quería aclarar algo:
No hay duda de que si tú te dedicas a algo que te gusta, que te apasiona, todas los conocimientos relacionados con tu trabajo serán profundos para ti, porque lo haces con el alma y desde el cariño.
Podemos poner el ejemplo de un matemático/a, quizás para él/ella saber los cien primeros decimales del número pi, sea algo profundo, porque le gusta y disfruta con ello.

Decir, por lo tanto, que esto de clasificar los conocimientos depende de la persona y de su punto de vista, de sus gustos y personalidad.
Así, en clase, cada uno lo clasificó como lo veía e incluso hubo gente que dividió los grados de conocimiento en cinco y también tenía lógica.

Si me fijo en como lo clasifiqué, también puedo decir que las cosas negativas (disecar o adiestrar animales) las coloqué en el grupo de conocimiento superficial porque creo que si haces algo malo, no lo haces sintiéndolo, pero bueno, decir que hay gente que no siente o no hace caso a lo que siente (son personas a las que llamamos: sin sentimientos o sin corazón) que hacen cosas malas porque les da igual el resto y no son capaces de colocarse en el lugar del otro.

Con esta actividad, he aprendido que las distintas cosas que sabemos no tienen la misma importancia o, mejor dicho, el mismo valor: lo más profundo tiene más valor que lo superficial; y que está bien darse cuenta de que ponerle sentimiento a lo que haces le dará más valor y estará mejor hecho. 
Aprendí, además, que hay ciertas cosas (como mantener relaciones personales amorosas, creativas y duraderas o saber escuchar) que son verdaderos tesoros y que aprender a hacerlo es fundamental en la vida.

Todo lo que sepas está bien, sirve para formarte y crear tu personalidad y saber cosas no te impedirá avanzar (ahora bien: conocer ciertas cosas te permitirá avanzar más rápido). Y como bien dicen, el saber no ocupa lugar.

lunes, 16 de marzo de 2015

Vídeo inteligencia

Esta entrada no será muy larga, ya que es difícil transmitir mejor las ideas de lo que ya lo hace el vídeo que voy a comentar.
El día 23 de enero, Merino nos puso un vídeo muy bueno, sobre un señor que hacía una investigación con personas que durante su infancia y adolescencia sacaban malas notas y eran tratados como tontos por la gente que los rodeaba. 
Estas personas a las que entrevistaba, hoy en día son importantes y conocidas y han llegado a convertirse en ejemplos para muchas personas.
Contaban que ni siquiera sus padres creían en ellos y que se llegaron a ver muy solos y pensar realmente que eran tontos.
Es un vídeo emocionante porque empieza explicando sus problemas y malas experiencias en la infancia y acaba enseñándonos lo grandes que son.
Algunas de estas personas son cómicos, presentadores, escritores, creadores de videojuegos y actores.
Me gustaría destacar a Pablo Motos, que quizás no sea el que contó la mejor historia, pero como yo lo conocía ya y lo admiraba por presentar un buen programa y entrevistar a cada día a famosos de todo el mundo, puede decirse que me llamó la atención escuchar que tuviera una infancia dura.
Desde luego no es tonto y ninguna de esas personas lo es, lo que ocurre es que no tienen o no quisieron tener la inteligencia estándar que nuestro sistema educativo impone. Tienen una inteligencia diferente y eso para la sociedad es motivo de exclusión. 
Con sus esfuerzos y algo de suerte lograron hacer grandes cosas y sobresalir por encima de los que poseen esta inteligencia estándar. 
Tienen talento y se ve, pero eso, nuestro sistema educativo no lo aprecia. Saben hacer reír y emocionar y eso, queridos amigos, es algo que no se aprende en la escuela, es un talento que uno lleva dentro.
El investigador, la persona que los entrevistaba, incluso llegó a hacer ciertas bromas a la hora de preguntarles si hoy en día cobraban más que sus padres. La respuesta de todos fue que sí, que hacía ya tiempo que cobraban más.
Pero sin duda, lo mejor de todo, es que son felices, porque hacen cosas que les gustan y les llenan como personas.

De este vídeo he aprendido que la sociedad es perversa y quiere hacer caer a aquellos que son diferentes o que tienen talentos incompatibles con lo que se enseña en la clase. Descubrí que ninguna de estas personas era tonta por no poder sacar buenas notas, si no que lo que en la escuela se les enseñaba no era lo que ellos necesitaban para avanzar. 
Yo creo que es necesario creer en que todo el mundo tiene una pasión y un talento, un sueño que no debemos destruir y que lo importante es perseguirlo.
Todo el mundo debería ver este vídeo porque desde la sencillez de unas entrevistas, estas personas se abren y nos muestran su evolución, muy digna de admirar por cierto.
Emociona porque se ve que ellos están orgullosos ellos mismos y que no cambiarían.

¡Que vivan las personas con una inteligencia distinta!

¿Quién decide?

La clase del día 21 la empleamos en preguntarnos lo conscientes o inconscientes o voluntarios o involuntarios que son nuestros actos. Cuando ves el ejercicio piensas que será sencillo saberlo, pero es más complicado de lo que parece.
Merino nos entregó a cada uno una hoja como esta y primero, de forma individual, fuimos cubriéndola según nuestro criterio.


Eran 18 los actos cotidianos que debíamos clasificar, y como podéis ver, disponíamos de cuatro cuadros.
Había cosas que tenía muy claras, por ejemplo, ir al instituto, para mí, es voluntario y consciente, puesto que te das cuenta de que vas y eliges si ir o no.
El que más me dio que pensar fue el último, a cualquiera que me conozca no le sorprendería mi gran duda ante esa acción. Era: "Amo a..."
Lo que tengo claro es que uno no elige a quien ama ni tampoco eliges cuando amar, por lo tanto es involuntario.
Pero... ¿consciente o inconsciente? Bien, en un principio, todo amor es inconsciente, porque es algo que nace poco a poco a partir de la confianza y el cariño y puede ser que ni siquiera te des cuenta de lo mucho que quieres a la persona. Cuando ya llevas tiempo enamorado, yo creo que ya eres consciente de ello porque ves que cuando estás con esa persona eres más feliz que cuando no está.

En clase se nos presentó un pequeño problema cuando empezamos a debatir: alguno de mis compañeros dijo que cuando una acción es tan cotidiana, deja de ser consciente y voluntaria y puso el ejemplo de "ir al instituto" o de "coger el autobús 18 que te lleva al parque". Pienso que algo de razón tiene, porque en el momento tú no piensas si el autobús es el correcto ni nada, porque sabes que lo es, es el de siempre. Pero si te pones a pensar, esas son acciones voluntarias, porque tú quieres hacerlas y conscientes porque te das cuenta de que las haces (aunque sea luego, en el momento de pensar).

En mi caso, la mayoría de las acciones las clasifiqué como voluntarias y conscientes o como involuntarias y conscientes. Porque creo que es difícil encontrar algo voluntario pero inconsciente, es como juntar dos cosas contrarias; sin embargo, cosas involuntarias e inconscientes si que puse un par de ellas, porque tiene sentido que una cosa la hagas sin poder evitarla y sin darte cuenta (como olvidar la lección y hacer ruido con la boca al comer).

¿Podemos encontrar criterios que nos ayuden a saber qué clase de acciones son estas?
Pues yo creo que alguna pauta sí que hay. Por ejemplo, una acción es consciente cuando te das cuenta de que la estás llevando a cabo (da igual que te enteres antes o después, si sabes que la haces, no importa) e inconsciente cuando no sabes que la realizas, un ejemplo muy bueno es el de "estornudar cuando hay una corriente de aire" tú no eres consciente de que la corriente de aire es la que te provoca el estornudo. Pero como en todo, hay excepciones, cosas que hacen que se rompan las pautas y que te replantees muchas cosas.
Y la acción es voluntaria cuando quieres hacerla y puedes preguntarte: ¿se puede hacer de otra manera? Un buen ejemplo es lo que decides estudiar o lo que quieres hacer con tu vida. E involuntaria cuando la haces sin querer e incluso sin poder evitarlo, no puedes elegirlo, como el hecho de enfadarse, de querer, cualquier sentimiento, el hecho de soñar con una cosa u otra, tus gustos (no los eliges, salen de dentro de ti)...

Pienso que el objetivo de esta actividad era enseñarnos que no todo en la vida tiene una razón y no todo tiene una explicación, puesto que hay cosas que no podemos evitar y no tiene sentido que intentemos controlar todas las situaciones.
Hay cosas en la vida que es mejor verlas desde el punto de involuntariedad e inconsciencia y otras que es genial saber que son conscientes y voluntarias.

sábado, 14 de marzo de 2015

La utilidad de las cosas

El día 16 de enero (bonito día por cierto), Merino fue pasando por las mesas con una serie de papeles del revés y cada uno tenía que coger uno. 
Estaban dados vuelta porque por el otro lado tenían escrita una palabra y la gracia estaba en coger uno de esos papeles sin saber que palabra cogías.
Cuando todos tuvimos nuestro papel, les dimos vuelta.
Merino nos explicó que la actividad consistía en ir definiendo la utilidad y los usos que nuestra acción u objeto tenía y tiene.
El objetivo de este ejercicio era hacernos ver y que fuésemos conscientes de los usos que tienen las cosas más simples o más cotidianas, sin las cuales, posiblemente, nuestra vida cambiaría muchísimo.
En los papeles de mis compañeros había palabras como: conducir, los cuentos, el dinero...
El mío era el siguiente:
                        cocinar

No me fue difícil definirlo y con poco que dije mis compañeros ya adivinaron la palabra.
Después de adivinarla, Merino nos preguntaba que más usos tenía/tiene nuestra acción, por qué es importante y si se puede vivir sin aprender a hacerlo.
Para mi acción, cocinar, si que pude responder a esas preguntas: dije y pienso que el hecho de aprender a cocinar es algo que marcó la historia, puesto que la gente dejó de tener que comer alimentos crudos y que saber hacerlo te permite no tener que depender de otra persona o de un restaurante, aunque sí que puedes vivir sin aprender, pero no serías "independiente" nunca, necesitarías ayuda de otra persona o dinero para poder comer en un local.

Algunas de las palabras que me resultaron curiosas fueron:
-El dinero, que no recuerdo bien a cual de mis compañeros le tocó, pero sé que creó un gran debate en clase, ya que el dinero se puede usar para comprar cualquier cosa (o casi cualquiera), por lo que sus usos son infinitos. Dicen que es importante porque es la base de nuestro sistema económico: el capitalismo. El mundo sin dinero existió alguna vez, por lo que sí que es posible vivir sin él, se volvería al "sistema de los trueques". El dinero tiene su parte negativa: marca una diferencia muy grande entre la vida de las personas que no tienen mucho y la de las que tienen demasiado, y además es algo que puede corromper a las personas, volverlas avaras y codiciosas.

-Los cuentos. Esta palabra le tocó a Xabi y creo que por su definición no supimos adivinarlo, pero cuando nos lo dijo, lo vimos claro. Después, Merino preguntó si los cuentos seguían teniendo influencia en nuestras vidas, porque se supone, o bueno la gente piensa, que son solo para niños pequeños. Mi respuesta fue que sí, que siguen teniendo influencia porque cuando hoy en día leemos libros, siguen siendo cuentos, con un montón de adornos y descripciones, pero cuentos al fin y al cabo, que siguen despertando nuestra imaginación como cuando éramos niños y nos permiten evadirnos de la realidad. También podemos considerar cuentos los cotilleos que en la adolescencia son muy típicos e incluso, si me pongo a pensar, el día a día constituiría un conjunto de cuentos que se irían almacenando en el libro de la vida, porque cada día es diferente y nos proporciona experiencias y vivencias distintas.

Resumiendo, creo que Merino acertó y bien al proponernos esta actividad, al menos a mí me hizo pensar y descubrir que las cosas las usamos por algo y que es verdaderamente complicado imaginarse la vida sin cualquiera de nuestras cosas.
Las cosas tienen usos y utilidades de las que no somos conscientes, y cuanto más cotidianas sean las acciones, menos conscientes somos de su importancia.
Debemos darle valor a las cosas y apreciar bien todo lo que tenemos, que no es poco.

Futuro... Gran dilema

La siguiente clase fue de reflexión, vimos un vídeo, un vídeo que nos dejó a todos pensando mucho.
En él, aparecía una niña de unos 3-4 años jugando y llegaba su padre y le decía que era hora de ir a sus clases (de matemáticas, de inglés, etc.). La niña decía que lo que a ella le apetecía hacer en ese momento era jugar y que si tuviera que ir a unas clases le gustaría ir a las de baile. El padre le respondió diciendo que eso no sería útil para su futuro, que no le ayudaba a prepararse, pero la niña, como todo pequeño, preguntó: ¿por qué debía ser útil para su futuro lo que hiciese de pequeña? 
Su padre intentó buscar razones y finalmente acabó diciendo que si se ponía a estudiar ya de pequeña estaría más preparada en el futuro y encontraría un buen trabajo por el cual recibiría un buen sueldo y le permitiría vivir mejor.
La niña, con su enorme curiosidad, característica de cualquier niño, preguntaba y preguntaba a su padre mil y una vez si le compensaba dejar de jugar y ponerse a estudiar, preguntaba también si ganar mucho dinero le serviría realmente para vivir mejor.
Después de varias preguntas, hubo una que dejó al padre sin argumentos, y fue cuando la pequeña finalmente dijo: vale papá, estudiaré, pero ¿así seré feliz?
Entonces el señor se quedó callado y pensó realmente en la felicidad de su hija.
Después aparecen ellos dos, en la calle, bailando.

Vimos que el padre comprendió que, a pesar de que prepararse para el futuro está muy bien, hay ciertos momentos en la vida que son para jugar, divertirse y hacer lo que uno cree que le puede hacer feliz. La niña, como niña que es, necesitaba jugar y divertirse y si su pasión era el baile, ¿quién sabe? quizás algún día pueda llegar a trabajar en eso y seguramente sería algo que la haría muy feliz. Más que cualquier montón de dinero.
Su padre dejó de pensar en el futuro y en la situación externa de la sociedad y pasó a preocuparse por el crecimiento y la formación interior de su hija, que al final es lo más importante y la pequeña se lo acabará agradeciendo más que cualquier otra cosa.

Después hablamos sobre lo que nos gustaba hacer y si tenía relación con el trabajo que pensamos tener en un futuro.
Está claro que es importante escoger un empleo que te haga feliz y estudiar algo que realmente te gusta. No debes pensar en lo que sería mejor o en lo que la gente cree que deberías escoger, porque al final es tu vida, y si no decides tú como vivirla, difícilmente podrás ser feliz.
Recomendaría a muchos padres que viesen este vídeo, sobre todo a aquellos que presionan o intentan convencer a sus hijos de lo que deben hacer sin preguntarles lo que ellos quieren.

Como ya le dije en clase a Merino, yo estoy verdaderamente preocupada porque no tengo ninguna idea de lo que haré y ni siquiera sé bien lo que me gusta más. Sé que no debo presionarme y que poco a poco lo iré descubriendo. También sé que es algo que solo yo puedo llegar a saber, nadie puede escoger por mí.
Yo tengo miedo a no saber elegir y verme atrapada en una vida que no me haga feliz. 
A veces creo que pienso demasiado en el futuro... Debería pensar más en lo que hago día a día y con lo que mejor me siento.
La verdad es que los sentimientos son mi fuerte y expresar como me siento es algo que sé hacer bien. 
Este último año, la gente, al preguntarme en qué curso estoy y escuchar que mi respuesta es: primero de bachillerato, siempre me pregunta si ya sé lo que voy a hacer luego...
Y mi respuesta es siempre no, sólo digo que lo que quiero es ser feliz.
Creo que no está mal que todavía no lo sepa, hay a quien le cuesta más y a quien le cuesta menos, como en todo, y supongo que mi tendencia a ser una persona indecisa tampoco me ayuda en este caso.

Con un poco de suerte y sin la presión de nadie (es decir, con toda libertad para elegir lo que quiero) malo será que no encuentre mi pasión.
Todos tenemos una, lo complicado es encontrarla. Aunque ciertamente, a veces, no sabemos buscar.
Por eso aprecio tanto las clases de filosofía, porque nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos y ese es el primer paso para encontrar nuestra pasión. Yo lo veo así.

¡NUEVA EVALUACIÓN!

Empiezo esta segunda parte de mi blog con algo de retraso, por eso lo primero que creo que debo hacer es pedir disculpas.
Mi tardanza es debida al tiempo que estuve sin Internet en casa y a los numerosos acontecimientos que hicieron que este trimestre esté pasando demasiado rápido sin darme cuenta apenas (entre estas circunstancias se encuentran la gran cantidad de fiestas, vacaciones y días que pasé enferma aun no hace mucho).
No es justificación, lo sé, pero es mi pequeña explicación.

Ahora continuar diciendo que en esta evaluación aprovechamos muchas clases para ver vídeos y decir que a pesar de ser otra forma de aprender, echo algo en falta las clases de debate del trimestre pasado.
Empecemos pues:

El primer día de este trimestre Merino nos lo dejó un poco para reflexionar y hacernos volver poco a poco a la idea de que las vacaciones terminaban y era hora de volver a la rutina.
Vimos 3 vídeos, todos ellos trataban temas de motivación y superación.

Uno de ellos, el circo de las mariposas, creo recordar que se llamaba, impacta. Ya que trata sobre un hombrecillo que no tiene ni brazos ni piernas al que este circo ayuda a ver que él no es un monstruo, sino que es especial, pero todos lo somos. Le ayudan a ver que con esfuerzo y trabajo se pueden conseguir cosas increíbles y que solo tienes que creer en ti mismo.
El chico, consigue nadar a su manera y hasta acaba participando en la función del circo al saltar de un alto trampolín a una piscina y volver a la superficie. 
Vemos como el hombre se acaba convirtiendo en modelo a seguir de otros chicos y niños que como él, tenían alguna dificultad o alguna discapacidad.
De este vídeo he aprendido que ser diferente o verse diferente no es malo, al contrario, es maravilloso, y que todos podemos mejorar o conseguir hacer cosas que hasta el momento teníamos como imposibles con trabajo y dedicación. Eso sí, tener un apoyo, como era el dueño del circo, nunca viene mal y nos motiva ver que la gente cree en nosotros. 
Por sorprendente que parezca, si vemos que alguien tiene confianza en nosotros, nosotros mismo aumentamos la confianza que nos tenemos.
De aquí también sacamos otra idea, y es que la mayoría de las personas nos dejamos llevar por lo que piensan y dicen de nosotros y si toda la vida nos han criticado acabamos creyendo lo que dicen de modo que nuestra autoestima acaba por los suelos. 
Así que está bien creer que se puede empezar de nuevo y que transformar lo que no nos gusta de nosotros en algo que queremos es posible volviendo, de nuevo, al esfuerzo.

Otro vídeo que me gustaría comentar es el de un chico llamado Matt, que recorre el mundo bailando, en el primero de sus vídeos (que fue el que vimos en clase) siempre de la misma manera, pero en el segundo, de 2012, recorre otra vez el mundo, pero esta vez baila de acuerdo con los bailes característicos del país en el que está, o al menos es lo que parece. Cambia las coreografías, pero eso no es lo importante, yo veo que es un hombre que se ha esforzado y a la vez divertido, para dejarnos ver que la música es algo, quizás lo único, que mueve por igual a todo el mundo, sin importar razas, idiomas...
Lo hace en varias ocasiones porque sigue queriendo demostrar que aunque el tiempo pase, la gente continúa moviéndose y divirtiéndose con música.
Este vídeo ya lo habíamos visto antes en una clase de música y la verdad es que volverlo a ver despertó nuevas ideas en mi cabeza.
Es un vídeo que te enseña que entre las personas no hay diferencia, que no hay porque luchar unas con otras y pienso que también podemos sacar cierto espíritu de superación con el comportamiento de Matt porque se propuso hacernos llegar una serie de ideas y no paró hasta conseguirlo. Es un hombre luchador y alegre, todos deberíamos ser un poco más como él.

Esta es la primera de mis ideas, que lleva en borradores desde principios de febrero. Aunque dicen que mejor tarde que nunca... Vuelvo a disculparme.