Estaban dados vuelta porque por el otro lado tenían escrita una palabra y la gracia estaba en coger uno de esos papeles sin saber que palabra cogías.
Cuando todos tuvimos nuestro papel, les dimos vuelta.
Merino nos explicó que la actividad consistía en ir definiendo la utilidad y los usos que nuestra acción u objeto tenía y tiene.
El objetivo de este ejercicio era hacernos ver y que fuésemos conscientes de los usos que tienen las cosas más simples o más cotidianas, sin las cuales, posiblemente, nuestra vida cambiaría muchísimo.
En los papeles de mis compañeros había palabras como: conducir, los cuentos, el dinero...
El mío era el siguiente:
cocinar
No me fue difícil definirlo y con poco que dije mis compañeros ya adivinaron la palabra.
Después de adivinarla, Merino nos preguntaba que más usos tenía/tiene nuestra acción, por qué es importante y si se puede vivir sin aprender a hacerlo.
Para mi acción, cocinar, si que pude responder a esas preguntas: dije y pienso que el hecho de aprender a cocinar es algo que marcó la historia, puesto que la gente dejó de tener que comer alimentos crudos y que saber hacerlo te permite no tener que depender de otra persona o de un restaurante, aunque sí que puedes vivir sin aprender, pero no serías "independiente" nunca, necesitarías ayuda de otra persona o dinero para poder comer en un local.
Algunas de las palabras que me resultaron curiosas fueron:
-El dinero, que no recuerdo bien a cual de mis compañeros le tocó, pero sé que creó un gran debate en clase, ya que el dinero se puede usar para comprar cualquier cosa (o casi cualquiera), por lo que sus usos son infinitos. Dicen que es importante porque es la base de nuestro sistema económico: el capitalismo. El mundo sin dinero existió alguna vez, por lo que sí que es posible vivir sin él, se volvería al "sistema de los trueques". El dinero tiene su parte negativa: marca una diferencia muy grande entre la vida de las personas que no tienen mucho y la de las que tienen demasiado, y además es algo que puede corromper a las personas, volverlas avaras y codiciosas.
-Los cuentos. Esta palabra le tocó a Xabi y creo que por su definición no supimos adivinarlo, pero cuando nos lo dijo, lo vimos claro. Después, Merino preguntó si los cuentos seguían teniendo influencia en nuestras vidas, porque se supone, o bueno la gente piensa, que son solo para niños pequeños. Mi respuesta fue que sí, que siguen teniendo influencia porque cuando hoy en día leemos libros, siguen siendo cuentos, con un montón de adornos y descripciones, pero cuentos al fin y al cabo, que siguen despertando nuestra imaginación como cuando éramos niños y nos permiten evadirnos de la realidad. También podemos considerar cuentos los cotilleos que en la adolescencia son muy típicos e incluso, si me pongo a pensar, el día a día constituiría un conjunto de cuentos que se irían almacenando en el libro de la vida, porque cada día es diferente y nos proporciona experiencias y vivencias distintas.
Resumiendo, creo que Merino acertó y bien al proponernos esta actividad, al menos a mí me hizo pensar y descubrir que las cosas las usamos por algo y que es verdaderamente complicado imaginarse la vida sin cualquiera de nuestras cosas.
Las cosas tienen usos y utilidades de las que no somos conscientes, y cuanto más cotidianas sean las acciones, menos conscientes somos de su importancia.
Debemos darle valor a las cosas y apreciar bien todo lo que tenemos, que no es poco.
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